More on this book
Kindle Notes & Highlights
Tal era la visión del mundo que encantaba al hombre de la antigüedad. Levantando su vista al cielo, cada hombre podía contemplar los radiantes rostros de las estrellas, y ver allí los divinos guardianes que observaban todo evento en la Tierra, y cuya visión era tan completa que ningún crimen secreto podría quedar impune.
El hombre se veía a sí mismo como el rey de la creación, situado en el centro de un mundo creado para su uso y subordinado a sus necesidades.
El politeísmo sideral de los griegos y primeros romanos fue reemplazado por un monoteísmo judeo-cristiano basado en la idea de un Dios creador trascendente.
Escrituras. Al cielo de las estrellas fijas se agregó otro, un cielo cristalino, coronado por el Empíreo —la morada de la Trinidad, de la Virgen, y los Santos.
El cerrado y estructurado mundo de los antiguos y de los escolásticos fue reemplazado por un universo infinito, cuyo centro está en todas partes y cuya circunferencia no existe.
Al perder su preeminencia, el hombre tomó conciencia de que estaba solo
Pero el hombre también empezó a ver que, con la ayuda de la ciencia, podría mejorar su condición.
de los tres estímulos del hombre (necesidad, experiencia, razón);
Las instituciones civiles y religiosas, las costumbres y los modales tendían a aislar a los organismos sociales, a obstaculizar el cambio y neutralizar las perturbaciones externas.
Por primera vez, miró hacia el futuro con confianza y esperanza, y contempló la antigüedad como lo que realmente fue
Blaise Pascal,
señaló que el conocimiento es ...
This highlight has been truncated due to consecutive passage length restrictions.
pasado se encontraba de hecho en el hombre co...
This highlight has been truncated due to consecutive passage length restrictions.
Las facultades que le conferían su inteligencia le permitirían extraer de la naturaleza nuevas riquezas «sin disminuir los tesoros de su inagotable fecundidad.
época del Terror en Francia,
servicio. El hombre había nacido para la felicidad, y no para la expiación del pecado.
Por una vez, Rousseau, Montesquieu y Voltaire estaban de acuerdo. «La felicidad es la meta suprema de todos los seres sensatos»,
«La felicidad es el único objeto y propósito de todo ser humano sensato», afirmó Voltaire. Montesquieu fue
En la visión cristiana, los imperios surgían y caían por la mano de Dios,
Giambattista Vico
argumentaría que la humanidad fue creada por la humanidad y documentada por la humanidad,
«filosofía de la historia».
el hombre es el artesano consciente y responsable de su propio destino, que no es un instrumento pasivo, que no existe fuerza alguna cósmica o sobrenatural que pueda invocarse como excusa.
fatalismo. La historia no es otra cosa que el relato de esta interminable lucha.»[99]
En Jenofonte, Platón, Aristóteles o Cicerón, encontramos la misma doctrina: las artes mecánicas e industriales deforman el cuerpo y degradan el alma. Son enemigas de la cultura liberal y del desarrollo de sentimientos generosos, aptas únicamente para esclavos predispuestos por naturaleza para tales ocupaciones.
Ellos pensaban que las actividades económicas, por su misma naturaleza, tienden hacia una expansión indefinida,
deseo de riqueza, fomentando la ambición en los pobres y la avaricia en los ricos,
El mejor orden político era una jerarquía gobernada por un pequeño número de sabios que administran justicia y permiten únicamente aquellas actividades económicas necesarias para sat...
This highlight has been truncated due to consecutive passage length restrictions.
turba o vulga,
El comercio se consideraba como algo deshonroso:
El trabajo manual se consideraba una necesidad, ordenado por la naturaleza y como consecuencia del pecado original. Cualquier persona que no tuviera necesidad de trabajar debería abstenerse de ello
El comerciante era despreciado por la Iglesia.
«Es difícil no pecar cuando se dedica uno a la profesión de comprar y vender»,
«Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto. Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y vuestro galardón será grande...»[103]
La producción era sometida a detalladas regulaciones bajo la ley
La publicidad era prohibida, debido a la creencia de que involucraba robar la clientela de otro hombre.
En la corporación medieval, todo se regulaba:
A los campesinos y artesanos debía pagárseles lo que les correspondía.
El noble debía vivir con dignidad y honor; su dinero debía ser gastado, no ahorrado o invertido.
Con los años, la Iglesia llegó a aceptar el interés sobre préstamos públicos,
Iglesia, afirmaban que el deseo de riqueza deriva del pecado;
la propiedad rural era la unidad económica en torno a la cual se congregaban siervos, campesinos y artesanos, todos bajo la protección del señor feudal.
El señor feudal proporcionaba a sus siervos ciertos servicios —protección en caso de peligro, el uso de sus hornos y sus molinos— a cambio de lo cual los siervos debían entregar parte de sus cosechas. La economía
La población rural se concentró cada vez más en la producción agrícola, mientras que la población urbana se especializó en la transformación de estos productos y en la fabricación de bienes manufacturados.
La afluencia de oro y plata de las minas del Nuevo Mundo causó inflación,
fomentó la creencia de que la acumulación de metales preciosos incrementa el poder del estado.
La primera consistía en considerar el dinero metálico per se como riqueza.
La segunda falacia era la creencia de que sólo existía en el mundo una cantidad fija de riqueza;
La meta de la política era acumular por medio de una balanza comercial favorable los «recursos» (en oro y plata) necesarios para asegurar la victoria militar, incrementar el patrimonio nacional por medio de la anexión de territorios conquistados, e impedir guerras civiles
El mercantilismo, que busca un comercio unilateral, conduce inevitablemente a la autarquía, al militarismo y la guerra. El libre comercio, por otro lado, conduce a un equilibrio de importaciones y exportaciones, y reemplaza la fuerza con el contrato.