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Porfirio, quien, según cuenta la leyenda, mandó a construir el ferrocarril de Tehuantepec especialmente para poder llegar hasta la casa de Juana Cata, su primer gran amorío, en nada comparable,
Delfina Ortega Díaz, su sobrina carnal, la hija natural de su hermana Manuela. ¡Claro que había tenido en sus brazos a la recién nacida con quien después engendraría varios hijos!
—Cuando Iturbide llegó al poder había en México un noventa y ocho por ciento de analfabetos. Yo recibí el gobierno con una cifra ligeramente inferior porque resultó imposible educar en el siglo XIX
heredaste un catastrófico ochenta y cinco por ciento de analfabetos.
No se permitía ningún pensamiento pecaminoso, en primer lugar por tratarse de un pariente carnal ciertamente cercano y, en segundo, porque Porfirio era un hombre quince años mayor que ella,
¿Qué más daba si su madre, Manuela, había muerto y su padre se negaba siquiera a verla, ya no hablemos de recibirla en su casa?
era un excomulgado por haber jurado hacer valer y respetar la Constitución de 1857?
Las formas tan artificiales y supuestamente educadas contrastaban ante el gusto de comer con las manos.
—Si me muero sin haberme casado por la Iglesia, sin duda pasaré la eternidad en el infierno.
Pero cuál no sería su sorpresa cuando la máxima autoridad religiosa de México, Pelagio Antonio Labastida y Dávalos, el mismo que entre otras traiciones nacionales había sido una figura determinante en la llegada de Maximiliano, se negó a acceder a su petición con el argumento de que el enlace religioso era imposible debido a los lazos de consanguinidad y a la excomunión de que había sido objeto Porfirio Díaz por parte del Papa Pío IX desde que el famoso liberal había también jurado someterse y aplicar la Constitución de 1857.
el señor arzobispo consentiría en pasar por alto el impedimento consanguíneo en la medida en que Díaz renunciara en secreto a aplicar la Constitución de 1857,
—La verdad es que yo tenía necesidad de aprender inglés, sabía que Carmelita dominaba el idioma y después de varias clases empecé a enamorarme de ella.
Carmelita: Yo debo avisar a usted que la amo.
Las clases de inglés —idioma endiablado del que no aprendió ni una sola palabra, muy a pesar de los genuinos esfuerzos de la maestra—
¿Puedes culpar a la archiduquesa María de Austria por haberse unido a Napoleón?
Para salir del colegio a la calle se requería el permiso del rector, nada menos que el cura Miguel Hidalgo y Costilla,
Con el tiempo, mi implacable perseguidor, el futuro virrey Calleja, tendría que promover, sin ningún esfuerzo, mi degradación sacerdotal, privarme de mis títulos clericales para poderme fusilar como a un civil cualquiera…
si nuestro amor es puro,
Cuando se sonrojó y se abochornó, me inundó con la energía de un fauno. Una prostituta ni se emociona ni se altera ni se asombra, por ello es que la virginidad de Brígida, no sólo la física sino la moral, me provocaba hasta llegar a arrebatos desconocidos.
Tras dos años de noviazgo, Brígida, mi mujer, dio a luz a un niño, precisamente el día de san Juan Nepomuceno.
¿Por qué los sacerdotes no podíamos casarnos ni mucho menos tener familia? Jesús nunca había condenado el matrimonio de sacerdotes, ¿por qué entonces los hombres se atrevían a enmendar las leyes divinas?
Pero debo ser sincero, ¿el nacimiento de Juan Nepomuceno me hizo olvidar a Francisca? ¡No!, por supuesto que no, a esa mujer la tenía yo como un clavo remachado en el centro de la frente y, por lo visto, sólo me lo podría arrancar entregando a cambio mi vida.
¿Quién deseaba ser gobernado por el emperador de los franceses cuando éramos una colonia española? ¿Quién era Napoleón Bonaparte para convertirse, de repente, en nuestra máxima autoridad política?
Ninguno de los dos estaba dispuesto a aceptar un gobierno de franceses y, menos aún, cuando José Bonaparte, un conocido borracho,
¡A las armas! Era el momento de la libertad, de sacudirnos, por lo pronto, el yugo francés, ya luego veríamos qué hacer con el español.
—Allende insistió en que el grito de Dolores, el llamado de Dolores, tenía que reunir tres requisitos. El primero pedir un viva a la virgen de Guadalupe, el segundo, otro viva a Fernando VII, un muera a los gachupines
Podíamos conducirnos solos en lo sucesivo sin la ayuda de nadie y promoviendo un bienestar generalizado para la nación. Incorporaríamos garantías individuales, los Derechos Universales del Hombre,
Las razones que adujo Allende para deponer a Hidalgo de tan elevada responsabilidad consistieron, según él, en que mi mentor no controlaba los saqueos, las violaciones ni la destrucción masiva de los territorios conquistados a los realistas, además de haber demostrado escasa pericia militar y de haberse confundido al hacer que se dirigieran a él como Su Alteza Serenísima.
Ignacio López Rayón heredó la dirección del movimiento.
Agregó que mi maestro había insultado a la religión y a Fernando VII, pintado en su estandarte la imagen de nuestra augusta patrona, nuestra Señora de Guadalupe, poniéndole la inscripción siguiente: ¡Viva la religión! ¡Viva nuestra Madre Santísima de Guadalupe! ¡Viva Fernando VII! ¡Viva América y muera el mal gobierno! Que al poner la referida inscripción había cometido dos sacrilegios gravísimos: el insulto a la religión, a Nuestra Señora y a nuestro soberano, y el desprecio y ataque al gobierno, oprimiendo a sus vasallos inocentes, perturbando el orden público y violando el juramento de
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Expedimos entonces un manifiesto a la nación en que se daba cuenta del establecimiento de dicha junta, declarando que su objetivo era, todavía, mantener la Nueva España fiel a Fernando VII.
Poderosamente fortalecido en mis ánimos, publiqué la siguiente proclama en contra de los aliados naturales de Calleja, el 8 de febrero de 1812:
el gobierno de los gachupines es verdad que nos trata de herejes, ladrones y asesinos, libidinosos e impolíticos… ¡Miserables! No se acuerdan que habrá dos años era Bonaparte su ídolo, a quien casi veneraban como el ángel tutelar de la península, cuando les llegó a sus intereses…
Señor español: el que muere por la verdadera religión y por su patria, no muere infausta, sino gloriosamente. Usted, que quiere morir por la de Napoleón, acabará del modo que señala a otros.
Nadie podía ignorar la suerte que corría de llegar a caer en manos de este sanguinario sujeto llamado Calleja.
Dios tenía que estar con la República, sí, por supuesto, tenía que estar con la República.
Continuamos los trabajos de un Congreso Constituyente en la ciudad de Chilpancingo. En ese foro insistí en la exclusión definitiva de Fernando VII como nuestro soberano.
Recogíamos los Derechos Universales del Hombre, algunos principios de la Revolución francesa y de la Independencia de Estados Unidos.
La aparición de otro sanguinario capitán realista en el escenario de la guerra: Agustín de Iturbide.
Que la religión católica sea la única sin tolerancia de otra.
Afirmo mi creencia que es también mi convicción, de que a la mujer de hogar no deben importarle los extravíos amatorios del esposo si en el seno del hogar, si en el santuario de su misma vida, la esposa es querida y respetada. LUZ CORRAL DE VILLA
Prefiero ser el primer bandido del mundo antes que dejarme ultrajar.
María Micaela
Pancho, como siempre, se abstuvo de beber alcohol, si bien brindaba con agua de limón o de chía.
El propio Henry Lane Wilson, embajador de Estados Unidos, le exigió a Madero el inmediato fusilamiento de Villa.
Si no estás de acuerdo, con un simple jalón de mi gatillo te vas pa’l otro lado y no precisamente a Estados Unidos.
El pueblo murmuraba y blasfemaba. Unos pensaron en quemarlo en leña verde, sin embargo, como siempre, no ocurrió nada. El malestar se acabó después de un par de comentarios sopeados con conchas de vainilla remojadas en chocolate caliente.
Haz de cuenta que ellas hubieran nacido sólo pa’ traer chamacos al mundo. No les interesa andar pa’rriba y pa’bajo buscando machos, de la misma manera que yo sí ando pa’rriba y pa’bajo buscando hembras,