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September 3 - September 10, 2022
el arte de la Economía consiste en considerar no los efectos inmediatos, sino los que se producirán a largo plazo por cualquier acto o medida política; en calcular las repercusiones de tal política, no sobre un grupo, sino sobre todos los sectores.
Pero necesidad no es demanda. La verdadera demanda económica requiere no sólo necesidad, sino también el poder de compra correspondiente. Las necesidades actuales de India son hoy incomparablemente mayores que las de Estados Unidos; pero su poder adquisitivo y, por consiguiente, el volumen de «nuevos negocios» que puede estimular es incomparablemente menor.
La oferta de lo que se tiene es, de hecho, lo que puede ofrecerse a cambio de lo que se necesita.
Por el contrario, el crédito es algo que el hombre tiene previamente adquirido. Goza de crédito porque posee bienes de un valor monetario superior al préstamo que solicita; o bien porque sus condiciones personales y su pasado se lo han proporcionado.
La gente desea invertir su capital, pero siempre con cautela, porque quieren recuperarlo.
Los que apoyan las hipotecas garantizadas por el Estado también se olvidan de que lo que en definitiva se está prestando es un capital real, que tiene unos recursos limitados, y que están ayudando a un B conocido, a costa de un A desconocido.
El Estado jamás presta ni da a los ciudadanos nada que no haya obtenido previamente de ellos mismos.
De este modo, el gobierno se ve obligado a implantar controles en círculos cada vez más amplios,
cuya consecuencia final será la misma que si se hubiera producido una fijación de precios generalizada.
En primer lugar existe incomprensión de los motivos que han producido el alza de los precios. La causa real consiste en la escasez de artículos o bien en el exceso de dinero. Los precios legales máximos no pueden remediar ninguna de estas dos cosas.
Cuanto más ambiciosa sea la ley, cuantos más obreros pretenda proteger y en mayor proporción aspire al incremento de los salarios, tanto más probable será que el perjuicio supere los efectos beneficiosos.
A pesar de la abrumadora evidencia de que la productividad laboral es el factor fundamental determinante de los salarios, la conclusión es generalmente olvidada o menospreciada por los jefes sindicales y por ese numeroso grupo de economistas teorizantes que buscan una reputación de «liberales», imitándoles como papagayos.
Precios funcionales son aquellos que estimulan un máximo volumen de producción y ventas. Salarios funcionales son aquellos que tienden a crear el máximo volumen de empleo y las más crecidas nóminas.
Indicaban que el ahorrador consciente, al preocuparse de su propio futuro, no perjudicaba, sino que ayudaba a la sociedad.
El «ahorro» sólo puede exceder a la «inversión» en las cantidades que realmente se hallen atesoradas en metálico.4
Prácticamente la totalidad de la riqueza del mundo actual, lo que en realidad lo separa y diferencia del mundo preindustrial del siglo XVII, consiste en el capital acumulado.
Examinar los problemas en su integridad y no fragmentariamente: tal es la meta de la ciencia económica.
casi todas las intervenciones estatales que se han criticado como negativas han seguido poniéndose en práctica, incluso con mayor intensidad.
La máxima función económica del gobierno es la de preservar y estimular el libre mercado.

