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Se nace siempre bajo el signo equivocado y vivir con dignidad significa corregir día a día el propio horóscopo.
No es que el incrédulo no deba creer en nada. No cree en todo. Cree en una cosa cada vez, y en una segunda cuando deriva de alguna manera de la primera.
Dos cosas no relacionadas entre sí, creer en las dos, y con la idea de que, en algún lugar, haya una tercera, oculta, que las vincula, esto es la credulidad.
Ahora, en cambio, estoy persuadido de que el mundo es un enigma benigno, que nuestra locura vuelve terrible porque pretende interpretarlo con arreglo a su propia verdad.
los ritos futbolísticos, donde se ve a los desheredados agotar su energía combativa y su capacidad de rebelión, para entregarse a encantamientos y conjuros, y lograr que los dioses de todos los mundos posibles les concedan la muerte del defensa contrario,
El sabio no es aquel que discrimina, es el que combina los jirones de luz cualquiera sea su procedencia...
La humanidad no soporta la idea de que el mundo surgió por casualidad, por error, sólo porque cuatro átomos insensatos chocaron en cadena en la autopista mojada.
toda la vida han oído decir que Dios es complejo, e insondable, de modo que para ellos la incoherencia es lo que más se parece a la naturaleza divina.
¿Dónde he leído que en el momento final, cuando la vida, superficie sobre superficie, está cubierta por una costra de experiencia, sabemos todo, el secreto, el poder y la gloria, por qué hemos nacido, por qué estamos muriendo, y que todo podría haber sido distinto? Somos sabios. Pero la mayor sabiduría, en ese momento, consiste en saber que lo hemos sabido demasiado tarde. Comprendemos todo cuando ya no hay nada que comprender.