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Kindle Notes & Highlights
Este rumbo último, solitario, personal y definitivo, sería bueno no olvidarlo, es nuestro puente hacia los
demás, el único punto de conexión que nos une irremediablemente al mundo de lo que es. Llamemos al destino final como cada uno quiera: felicidad, autorrealización, elevación, iluminación, darse cuenta, paz, éxito,
cima, o simplemente final…lo mismo da.Todos sabemos que arribar con bien a...
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Sin embargo, hay algunos caminos que forman parte de todas las rutas trazadas. Caminos que no se pueden esquivar. Caminos que habrá que recorrer si uno pretende seguir. Caminos donde aprenderemos lo que es imprescindible
saber para acceder al último tramo.
¿Y si hubiera decidido no seguir conmigo? Después de un tiempo me doy cuenta de que por mucho que lo espere nunca
volverá. Por lo menos no a este lugar. La opción es seguir o dejarme morir aquí.
No es la lluvia lo que ha empapado la tierra. Son las lágrimas de todos los que pasaron antes por este camino mientras iban llorando una pérdida.
Así empieza el camino de las lágrimas. Así,
conectándonos con lo doloroso. Porque así es como se entra en este sendero, con este peso, con esta carga.
Hemos sido entrenados por los más influyentes de nuestros educadores para creer que somos
básicamente incapaces de soportar el dolor de una pérdida, que nadie puede superar la muerte de un ser querido, que moriríamos si la persona amada nos deja y que no podríamos aguantar ni siquiera un momento el sufrimiento extremo de una pérdida
importante, porque la tristeza es nefasta...
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Sin embargo, como casi siempre sucede, estas “creencias” aprendidas y transmitidas con
nuestra educación son una compañía peligrosa y actúan la mayoría de las veces como grandes enemigos que empujan a costos mucho mayores que los que supuestamente evitan.
Encontraron vivos a cinco de ellos. Solamente uno había muerto de asfixia… el que tenía el reloj.
Ésta es la fuerza que tienen las creencias en nuestras vidas. Esto es lo que nuestros condicionamientos pueden llegar a hacer de nosotros. Cada vez que construyamos la certeza de que algo irremediablemente siniestro va a pasar, no
sabiendo cómo (o sabiéndolo) nos ocuparemos de producir, de buscar, de disparar o como mínimo de no impedir que algo (aunque sea un poco) de lo te...
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Cuando creemos y confiamos en que de alguna forma se puede seguir adelante, nuestras posibilidades de avanzar se multiplican.
que aprendimos con nuestra educación es justamente el de que no estamos preparados para el dolor ni para la pérdida.
Los duelos… duelen.
COMPENSA pero no EVITA, APLACA pero no CANCELA, ANIMA a seguir pero no ANULA el dolor.
No vivimos en la realidad sino en nuestra imagen de ella.
largo de nuestras vidas las pérdidas constituyen un fenómeno mucho más amplio y, para bien o para mal, universal. Perdemos no sólo a través de la muerte sino también siendo abandonados, cambiando, siguiendo adelante.
que aquello que nos hiere no siempre puede ser remediado con besos; que tendremos que aceptar el amor mezclado con el odio y lo bueno mezclado con lo malo; que tu padre (o tu madre) no se casarán
Somos absolutamente incapaces de poder ofrecer a nuestros seres queridos la protección que quisiéramos contra todo peligro, contra cualquier dolor, contra las frustraciones, contra el tiempo perdido, contra la vejez y contra la muerte.
Como lo dice Sigmund Freud en Melancolía y duelo, la elaboración del duelo es un trabajo… un TRABAJO. El trabajo de aceptar la nueva realidad.
En la elaboración del duelo el estímulo percibido desde la situación de ingenua retirada es la pérdida.
de lo que ya no está. Y es la toma de conciencia de lo
ausente, el contacto con la temida ausencia lo que me permitirá luego la aceptación de la nueva realidad, un definitivo darme cuenta antes de la vuelta a mí mismo.
Quizá debía irse. Partir. Dejar lo que tenía en manos de los otros. Repartir lo cosechado y dejarlo de legado para, aunque sea en ausencia, ser en los demás un buen recuerdo. En otro país, en otro pueblo, en otro lugar, con otra gente,
podría empezar de nuevo. Una vida diferente, una vida de servicio a los demás, una vida solidaria.
Martín puso unas pocas cosas en su mochila y partió en dirección al monte.
Le habían contado del silencio de la cima y de cómo la vista del valle fértil ayudaba a poner en orden los pensamientos de quien hasta allí llegaba. En el punto más alto del monte giró para mirar su ciudad quizá por última vez. Atardecía y el
poblado se veía hermoso desde allí. -Por un peso te alquilo el catalejo. Era la voz de un viejo que apareció desde la nada con un pequeño telescopio plegable entre sus manos y que ahora le ofrecía ...
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reclamaba su moneda. Martín encontró en su bolsillo la moneda buscada y se la dio al viejo que desplegó el catalejo y se lo alcanzó. Después de un rato de mirar consiguió ubicar su ...
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Algo le llamó la atención. Un punto dorado brillaba intensamente en el pati...
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-Son huellas —dijo el anciano. -¿Qué huellas? —preguntó Martín. -Te acuerdas de aquel día… debías tener siete años; tu amigo de la infancia, Javier, lloraba desconsolado en ese patio de la escuela.
¿Te acuerdas de lo que hiciste? Tenías un lápiz nuevecito que estrenarías ese día. Te arrimaste al portón de
entrada y cortaste el lápiz en dos partes iguales, sacaste punta a la mitad cortada y le diste el nuevo lápiz a Javier.
-Javier nunca olvidó ese gesto y ese
recuerdo se volvió importante en su vida.
-Hay acciones en la vida de uno que dejan huellas en la vida de otros —explicó el viejo—, las acciones que contribuyen al desarrollo de los demás quedan
marcadas como huellas doradas…
empezó a ver cómo miles de puntos dorados aparecían desparramados por toda la ciudad. Al terminar de ocultarse el sol, todo el pueblo parecía iluminado por sus huellas doradas.
Su vida comenzaba, de nuevo, desde un lugar distinto.
El Dios en quien yo creo no nos manda el problema, sino la fuerza para sobrellevarlo.
Y, sin embargo, está claro que se evoluciona y aprende
desde las frustraciones. Nadie puede moverse hacia su madurez sin dolor.
¿Eso qué quiere decir, que hace falta sufrir para poder crecer? ¿Estamos diciendo que hace falta conectarse con el vacío ...
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