Crear una conexión entre dos personas requiere cierto grado de intimidad. En dos minutos debes mirar en los ojos y en el corazón de la otra persona, escucharla con atención, hacer preguntas que van más allá de los negocios y revelar algo sobre ti que introduzca algo de vulnerabilidad en la interacción (sí, vulnerabilidad; ¡es algo contagioso!). Juntas, todas esas cosas hacen que un encuentro sea genuino.

