Recuerda que el amor, la reciprocidad y el conocimiento no son como cuentas bancarias que se van menguando a medida que las usas. La creatividad engendra creatividad, el dinero engendra dinero, el conocimiento engendra conocimiento, los amigos engendran más amigos, el éxito engendra más éxito. Y lo más importante, dar engendra dar. Nunca en la historia había resultado más evidente esta ley de la abundancia que en nuestra era, en que el mundo funciona cada vez más según los principios de las redes.

