Si deseáis comprender algún aspecto del Universo, os ayudará a hacerlo simplificando todo aquello que podáis e incluyendo solo aquellas propiedades y características esenciales para la comprensión. Si queréis determinar cómo cae un objeto, debéis dejar de pensar en si es viejo o nuevo, rojo o verde, si huele o no. Elimináis aspectos como esos y así no os complicaréis de manera innecesaria. La simplificación la podéis llamar modelo, o simulación, y podréis presentarla como una auténtica representación en una pantalla de computadora o como una relación matemática.