More on this book
Community
Kindle Notes & Highlights
Read between
June 20 - June 26, 2024
Los adolescentes que nunca aprenden a controlar su conciencia crecen hasta ser adultos sin una “disciplina”. Carecen de las habilidades complejas que les ayudarán a sobrevivir en un entorno competitivo y repleto de información. Y lo que es aún más importante, nunca aprenderán a disfrutar viviendo. No han adquirido el hábito de encontrar desafíos que despierten las potencialidades ocultas y las desarrollen.
Más importante que estructurar el espacio es, quizás, estructurar el tiempo. Dorothy tiene rutinas estrictas para todos los días del año: levantarse a las cinco, mirar si las gallinas han puesto huevos, ordeñar a la vaca, cortar leña, hacer el desayuno, lavarse, coser, pescar, etc.
Sin embargo, la soledad es un problema que debe ser enfrentado tanto si uno vive en Manhattan como en la zona norte de Alaska. A menos que una persona aprenda a disfrutarla, puede malgastar su vida tratando desesperadamente de evitar sus efectos negativos.
El actual “desmoronamiento” de la familia es el resultado de la lenta desaparición de las razones externas para permanecer casado. El aumento de la cifra de divorcios probablemente se vea más afectado por cambios en el mercado de trabajo, donde han aumentado las oportunidades de empleo para las mujeres, y por la difusión de los electrodomésticos que por una disminución del amor o de la fibra moral.
Pero si el padre ocupa todo su tiempo libre en el hogar vegetando frente al televisor con un vaso de alcohol en su mano, los niños naturalmente asumirán que los adultos son gente aburrida que no sabe cómo divertirse y volverán con el grupo de su edad para encontrar el disfrute.
La aceptación incondicional reviste especial importancia para los niños. Si los padres amenazan con retirar su amor de un niño cuando fracasa en lograr algo, las naturales ganas de jugar del niño se reemplazarán gradualmente por la inquietud crónica. Sin embargo, si el niño siente que sus padres están incondicionalmente comprometidos con su bienestar, puede relajarse y explorar el mundo sin temor; de otra manera tendría que destinar su energía psíquica a su propia protección y así reduciría la cantidad de la que puede disponer libremente.
Cuando no constituye un riesgo en violar las reglas, éstas pierden su sentido, y sin reglas significativas una actividad no puede disfrutarse.
Cuando un joven preguntó a Carlyle qué debería hacer para reformar el mundo, Carlyle contestó: «Reformarse usted. Así habrá un granuja menos en el mundo».
Pocas cosas son más tristes que encontrar a una persona que sabe exactamente qué debería hacer y que no puede reunir energía suficiente para hacerlo.

