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Una carretera sin indicaciones es igual que una relación sin límites: nadie sabe lo que está permitido y lo que no, o qué esperar de los demás o si los demás esperan algo de uno;
no nos han educado para que entendamos los límites de esta manera, sino que nos han criado en la creencia de que poner topes es un gesto egoísta y que cuando uno ama de verdad debe hacerlo incondicionalmente.
Los límites no son decirle a alguien lo que debe o no debe hacer. En ningún caso se trata de exigir o prohibir al otro qué hacer, sino de expresarle nuestras necesidades en la relación y lo que nos hace sentir bien.
la libertad de uno termina donde empiezan los derechos del otro.
«La clave para un envejecimiento saludable son las relaciones, las relaciones y las relaciones».
rodearnos de personas que nos tratan o nos hablan mal supone un importante factor de riesgo para nuestra salud.
Hablamos de una relación de calidad cuando las personas que la conforman pueden expresar sus deseos, necesidades y límites sin sentirse juzgadas y decidir libremente si quieren o no aceptar los deseos, necesidades y límites del otro; cuando la comunicación, el trato y las acciones se basan en el cuidado y el respeto; cuando no existe manipulación, consciente o inconsciente, por ninguna de las partes;
Si desde pequeños, igual que nos enseñaron lengua o matemáticas, aprendiéramos también a relacionarnos de forma sana con los demás y con nosotros mismos, a respetar nuestros derechos y los de los demás, a expresar lo que pensamos y sentimos de manera asertiva, a comunicarnos con eficacia, a establecer límites, a decir «no» sin culpabilidad y a no ofendernos cuando alguien nos lo dice a nosotros, nuestra vida sería totalmente distinta.
Comprendió que ser generosa a veces puede ser un acto egoísta y que ser egoísta puede ser un acto de generosidad en algunas ocasiones;
La culpa y el miedo son dos grandes mecanismos de control y manipulación.
Unos ciudadanos ignorantes carecen de capacidad de pensamiento crítico, y sin pensamiento crítico no existe la libertad de pensamiento, y sin libertad de pensamiento no podemos hablar de libertad.
Un pueblo ignorante es, por ende, un pueblo sometido.
«El corazón tiene razones que la razón desconoce», dijo en una ocasión Blaise Pascal.
He aquí la dificultad del trabajo psicológico: no se trata solo de razonar, sino también de sentir.
Es decir, que nuestras emociones influyen fuertemente en nuestro razonamiento a la hora de tomar decisiones, pero nuestro razonamiento poco peso tiene para influir en lo que sentimos.
Respetar nuestros derechos, decir «no» y atender a nuestras necesidades no está reñido con la complacencia, la amabilidad o el compañerismo.
Un dato importante a tener en cuenta es que cuando uno concede un favor tres veces consecutivas, las conexiones neuronales que se forman en el córtex prefrontal de quien lo pide hacen que esta empiece a considerar como un derecho u obligación que la otra cumpla con ese cometido, es decir, se empieza a establecer un rol. Para evitar esto, es aconsejable no aceptar nunca tres favores seguidos
Cuanto más sana es nuestra autoestima, menos dependientes somos de la aprobación de los demás y, a medida que vamos validando y dándoles valor a nuestras propias opiniones, menos vulnerables somos a lo que opinen de nosotros.
debemos aceptar que experimentar emociones desagradables cuando nos tratan mal es normal, es sano y también útil, porque nos impulsa a poner límites. Y es entonces cuando debemos ejercer nuestro derecho a decidir, esto es, no hacer nada y seguir permitiéndolo, o marcar límites para impedirlo.
Los límites no se juzgan (ni los ajenos ni los propios), se aceptan y se respetan sin más. Si son afines a los nuestros, podremos mantener una relación con esa persona; si, por
el contrario, son incompatibles, tenemos el derecho de escoger no relacionarnos con ella.
Para identificar cuáles son nuestras reglas, nuestros límites, contamos con dos herramientas muy poderosas: las emociones y el autoconocimiento.
Nuestras emociones nos harán de brújula y nos avisarán si algo nos resulta agradable o desagradable, y el autoconocimiento nos permitirá otorgarle un significado más profundo y sentido a esa emoción, lo cual nos llevará a ponerle nombre a esos límites y comprenderlos.
Los límites NO NEGOCIABLES resultan imprescindibles para sentirnos seguros física y emocionalmente y necesarios para que la relación funcione. Están relacionados con nuestras necesidades, nuestros valores, nuestros principios y nuestra dignidad.
Los límites negociables son aquellos en los que sí podemos ser más flexibles porque, a pesar de estar basados en nuestras preferencias y deseos, no atentan contra nuestra integridad física o emocional, no comprometen nuestra dignidad y no se arraigan en nuestros valores o principios.
necesitamos aprender a soltar a esas personas incapaces de respetar nuestros límites ni empatizar con nosotros.
Sin embargo, lo más habitual es que la mayoría de las personas que obtenían privilegios cuando no se los poníamos necesiten un tiempo para adaptarse y entender lo que está ocurriendo. Al inicio quizá se sientan molestas, confusas y desorientadas en esta nueva dinámica de la relación y puede, incluso, que se enfaden y nos recriminen haber cambiado y no ser como antes.
El lenguaje es una potente herramienta que forja, destruye y construye realidades: lo que no se nombra no existe y lo que tiene nombre cobra realidad.
Defiende y respeta sus derechos a la vez que los de los demás. Se comunica teniendo en cuenta las emociones y derechos asertivos tanto propios como ajenos, expresa de forma honesta sus opiniones, sin imponerlas ni invalidar las de los demás. Entiende que la libertad de uno termina donde empieza la del otro, y viceversa.
Por ello, no confunde asertividad con el derecho
a decir todo lo que se piensa de cualquier manera, ni libertad de expresión con el derecho a opinar sobre cualquier acción o persona cuando esa opinión no le ha sido demandada. Conoce bien la línea qu...
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una persona asertiva tiene, necesariamente, una autoestima sana.
En lugar de enseñarle a agradar, enséñale a ser sincera. Y amable. Y valiente. Anímala a decir lo que piensa, a decir lo que opina en realidad, a decir la verdad. [... ] Dile que, si algo la incomoda, se queje. CHIMAMANDA NGOZI
«A lo que has de negarte, niégate cuanto antes».
La mejor manera de establecer límites y decir «no» es hacerlo con amor, pero de forma clara, firme y sin dar demasiadas explicaciones.
a partir de la tercera ocasión consecutiva en que algo sucede de una manera determinada, se empieza a dar por hecho que eso debe de ser así y, en el momento en que dejemos de hacerlo, se percibirá como algo injusto.
La amabilidad y el respeto, junto con una comunicación no verbal firme y serena, son elementos clave de la persuasión de estas técnicas, por lo que no debemos olvidarlas nunca si queremos usarlas de forma realmente eficaz.
La comunicación no verbal supone entre un 65 y un 80 por ciento de la información
que transmitimos.
Cuando existe una incongruencia entre lo que decimos y lo que expresamos a través de los canales no verbales, lo que impera es lo que transmitimos por estos últimos.
Cuando el mensaje verbal no coincide con el no verbal, las personas creerán a este último.
Las personas mentalmente flexibles son las que encuentran soluciones a cada imprevisto que se les presenta en la vida sin amargarse ni condicionar el resto de su día por esos pequeños problemas cotidianos que surgen en nuestra rutina diaria.
el principal factor que causa los fallos en la comunicación: interrumpir.
Cuando sospechamos que alguien no nos está diciendo totalmente la verdad, guardar silencio por tres segundos mientras mantenemos contacto ocular con él hará que su reacción lo delate. Si mintió, empezará a dar más explicaciones, cambiará de versión o se mostrará inquieto.
cuando las personas recibimos una petición de ayuda en lugar de una imposición, nuestra predisposición a cambiar nuestro comportamiento es exponencialmente mayor.
Cuando nos cuesta decir «no», acabamos invirtiendo tiempo, esfuerzo, dinero o energía a tantas cosas que terminamos por sentirnos abrumados y estresados. Intentar abarcar todo es lo mismo que no dedicarse a nada: no es efectivo ni práctico, sino agobiante y tremendamente frustrante.
Una de las cosas más difíciles de llevar a cabo es decir «no» sin dar explicaciones de más. Tenemos la creencia de que si no explicamos por qué no podemos o no queremos hacer algo estamos siendo maleducados o groseros con la otra persona.
Agradecimiento + no (+ lo siento) + cortesía Esta es la estrategia asertiva más básica para decir «no»:
Agradecimiento + no + alternativa
Saber encajar bien las críticas conlleva un trabajo personal previo: reconocer las opiniones ajenas como lo que son, simples opiniones, y no como una verdad absoluta.