Un año después, aún sigo leyendo Moby Dick. (Un año y dos meses. O tres). He abandonado libros cansinos en menos tiempo. Algo tiene Moby Dick que hace difícil su abandono. Quizás el juego entre la acción, los datos sobrados y los chistes insulsos convierten su lectura en algo fascinante. Un capítulo es la carnada para caer en la lectura del siguiente. Tirar de la caña, pero sin prisa, a un ritmo constante y doloroso. A veces me pregunto si hubiera sido más fácil para mí leerlo en español. Es...
Published on February 17, 2016 11:02