Advent Calendar - Day 4

Today is a special treat for my Spanish-speaking readers. It's the translated version of last year's coda for The Hell You Say. A sincere thank you to that generous and talented group of translators known as Traductores Anónimos for making this little gift possible.


Cariño, ya he estado aquí antes
Conozco esta habitación, he caminado sobre este suelo
Solía vivir solo antes de conocerte
 
Sí, hacía mucho tiempo. Ale-jodida-luya.
La primera vez que oí esa canción fue en ese mismo edificio. Intriga y Misterio Libros. Por las mismas fechas. No tan avanzadas las fiestas. La canción formaba parte de un álbum navideño que Adrien había puesto mucho. Rufus Wainwright. Jake nunca antes había oído hablar de Rufus Wainwright. Nunca había escuchado Hallelujah. Ahora parecía sonar cada vez que encendía la radio.
¿Qué diablos quería decir?
 
Y recuerdo que cuando entré en ti
El espíritu santo también lo hizo
Y cada aliento que exhalamos era un Aleluya
 
Era una canción tan extraña. Había sido una época tan extraña de su vida.
Ahora todo había terminado. Acabado y superado. Y él no era partidario de perder el tiempo en lamentaciones sobre aquello que no se podía cambiar.
Que no debía ser cambiado.
Pero ahí estaba, sentado en su coche, vigilando el silencioso y oscuro edificio al otro lado de la calle.
A veces, esos meses parecían un sueño. Diez meses. Ni siquiera un año. ¿Cómo era posible que la relación más importante de su vida fuera la más breve?
Pero, a veces, sentía que era así. Y era algo que le diría a Adrien si tuviera la oportunidad. Si Adrien entrara solo en casa esa noche, Jake saldría de su coche, cruzaría la calle e intentaría decirle... algo. Después de todo era Nochebuena, y si existía una noche apropiada para tender la rama de olivo —para pedir perdón— era precisamente esa.
Era todo lo que quería.
Era lo único que había deseado todas esas noches que había permanecido allí aparcado. Esperando el momento oportuno. Intentando reunir el valor suficiente.
 
Quizá haya un Dios allá arriba
Pero todo lo que he aprendido de amor
Ha sido cómo dispararle a alguien que ha desenfundado primero
 
Es posible negarse a responder una llamada telefónica, pero resulta mucho más difícil dar la espalda a alguien que se encuentra frente a ti. Demasiado difícil para alguien tan compasivo como Adrien. No, Adrien no le rechazaría. No en Nochebuena.
Pero él no regresaría esa noche
Ya había pasado la medianoche. Las ventanas del piso sobre la librería seguían a oscuras. Las calles de los alrededores estaban vacías y silenciosas.
Adrien estaría en la casa de los Dauten. O con Snowden. Estaría con gente que lo quería. Donde debía estar. Donde todo el mundo debía estar en Nochebuena.
Y Jake... ya había permanecido demasiado tiempo sentado allí. No podía permitirse el lujo de despertar sospechas. No quería tener que mentir. Está bien, complicar aún más la mentira. Giró la llave en el contacto.
Aun así, con el motor al ralentí y el tubo de escape enrojecido por las luces de freno, esperó unos minutos más.
Por encima de las luces de la ciudad, las estrellas brillaban con alegre indiferencia, centelleantes como un distante y entrecortado Aleluya.
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The English version of the coda is right here.
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Published on December 04, 2015 01:00
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