Ya tengo la edad suficiente para no ilusionarme de primera instancia. Para anticipar las trampas que hay detrás de las promesas y las intenciones. Para desenmascarar las frases huecas, los te quiero vacíos, los estoy bien falsos. Para saber cuando alguien juega a jugar contigo. Para descifrar las sonrisas perversas y los comentarios en voz baja. Para manejar mis deseos hechos añicos. Para sacudirme el polvo en el que se convierten. Pero eso no evita que cada vez me sienta un poco más decepcionado. Imaginarán ya el tamaño de mi decepción
Published on November 29, 2015 20:13