No soy bueno para dar primeras impresiones
Primero se satisfacen otros deseos y luego el amor, dicen. Yo esperé primero al amor para después satisfacer otros deseos. No alcancé ni lo uno ni los otros y me convertí en un viejo torpe con ilusiones de adolescente.
Quise recuperar el tiempo desperdiciado, pero fue imposible. Cuando lo intenté había perdido el candor juvenil y la sensualidad. Era un adulto fuera de lugar que creía en cuentos de hadas mientras intentaba, torpemente, el desbordamiento del cuerpo.
Vivo con vacío.
Vivo con un sin saber qué es eso que me recorre desde el fondo de la garganta hasta el estómago. Una especie de angustia que nunca se detiene. Con el poder perverso de inflar mi pecho sin hacerlo estallar. Me he habituado a esa sensación de dolor que no mata.
Me preguntaste si estaba nervioso durante nuestro primer encuentro y lo negué aun cuando me temblaban las piernas y la voz. No soy bueno para dar primeras impresiones. Doy las equivocadas. O las contrarias.


Omar G. Villegas's Blog
