París D.F. - Roberto Wong
París D.F. (Galaxia Gutenberg, 2015) de Roberto Wong (escritor mexicano, 1982) es la primer novela del autor y primer Premio Dos Passos a la Primera Novela en 2014.
La novela se presentó en Madrid el 14 de enero, y el 6 de febrero en México, en el Fondo de Cultura Económica Rosario Castellanos, presentación a la que tuve el gusto de asistir.
Los más de 40 capítulos intercalados (en los que se intuye cierta hipertextualidad, ya que el propio autor ha hecho referencia a su afinidad por Rayuela, de Cortázar) alternan de forma magistral entre los tres narradores que relatan la historia desde perspectivas y tiempos diferentes, desarrollando una trama muy bien lograda en una forma muy singular y con personajes profundos y siempre al borde del abismo. Si bien en un principio resulta un poco confuso, no hay más que continuar con la lectura para encontrar lazos y ven quien traspola el ideal de la y cuya contraparte es Nadia/Nadege, os ntal lo mismo que el podcast Primeras Letras de Letras Línculos que van urdiendo los sorprendentes argumentos.
Arturo, el protagonista de Wong, es un joven sensible y que “aprecia sutilezas”, pero que puede ser tan cruel y feroz como la circunstancia lo amerite, y cuyo complemento es Nadia/Nadege, en quien transpola el ideal de la superposición planisférica. Arturo externa todos los dilemas de una vida que cambia en pocos meses, durante los que pierde una pensada innecesaria protección materna, y donde su realidad económica y laboral, así como sus insatisfacciones, cobran tal importancia que un cambio radical se vuelve forzoso, y es la misma ferocidad de la ciudad la que lo despierta.
París D.F. no es sólo una genial transposición de las geografías actuales de dos urbes, pues sobrepone sus Historias de la arquitectura con ficción dentro de la misma intriga, aleaciones que a su vez mezclan otras obras literarias y artísticas, sitios icónicos y populares y personalidades contundentes a través de un recorrido fantástico lo mismo mexicano que parisiense.
La metaficción asoma al referirse los personajes en dos ocasiones a ser parte de una “mala novela policiaca”, que refleja su perplejidad frente a las situaciones y actos ocurridos y su desconcierto hacia el futuro, un futuro cada vez más fragmentado y sin sentido, doloroso hasta las lágrimas y desolador.
Ésta es una obra donde convergen geografías imposibles, donde el esoterismo cobra una importancia fundamental y las cuestiones personales de Arturo se van ensamblando hacia una búsqueda por la comprensión de la vida misma, de una existencia que se ha estancado y donde duda que avanzar sea precisamente mejorar, que busca una razón a ciegas, tentando testimonios en otros cuerpos y otras mentes en una realidad por completo alienada pero que logra encender, iluminar unos días aciagos que iniciaron en el momento en que una bala equivocó su camino por escasos centímetros.
Al igual que la Ruta Don Quijote, en España, la Ruta Sor Juana, en el Estado de México, o la Ruta Cortázar en Buenos Aires, Wong crea un recorrido por algunas de las principales calles de la ciudad de México, incluidos bares, centros nocturnos y otros sitios, como la misma Farmacia París, que configuran por completo el imaginario de París D.F., esa nueva metrópoli donde confluye la embriaguez que todo transmuta, la amalgama de belleza y desgracia del género femenino, la mediocridad del hombre y el fuego destructor del autor.
Existe una justificación dentro del mismo texto que refleja la necesidad de su existencia: "Sé que no fue en vano tratar de reinventar una ciudad y volver a vivirla, salvarse así de lo ennegrecido cotidiano. En algún lugar, tal vez alguien recuerde esto, descubra los itinerarios y los publique. Me gustaría ver a hombres y mujeres persiguiendo fantasmas por la calle tras haberse revelado el azar, la certeza de repentinas proximidades y coincidencias alucinantes, pero qué más da ya. Tal vez ya no sea París, sino otra ciudad con, acaso, nuevas intersecciones. Otras personas, otras ciudades, impregnadas de la misma esencia, la misma membrana que veo ahora entre mí y las cosas". (p. 168)
En el siguiente enlace pueden leer las primeras páginas de la novela, y pueden escuchar un fragmento de la misma en voz del propio autor en esta entrada del podcast Primeras Letras de Letras Libres.
El libro lo pueden comprar en Gandhi, librería para la que el autor se "vendió" en menos de un minuto:
En esta entrevista, Wong habla un poco sobre su proceso creativo y describe algunas particularidades de París D.F. Para finalizar, transcribí algunas de las frases memorables de la novela:
“Tenía ante mí la llave del azar, el mecanismo para activar la probabilidad. Un engaño, quizá , pero ¿qué no lo es?” p. 10
“La casualidad sólo fue el principio del desastre. En el resto, me dejé caer.” p. 11
“…la sensación maravillosa y terrible del orgasmo.” p. 80
“…recordé que hacía unos años Jeanne Hébuterne había saltado desde un sitio similar. Estaba embarazada de Modigliani.” p. 81
“Sería tan sencillo no tener estas pretensiones, evitar buscar que la vida sea un poco más grande de lo que en verdad es.” p. 93
“Las cosas grandes les pasan a otros. Al resto sólo les queda conformarse con lo pequeño, con lo que no tiene importancia.” p. 95
“Lo único que puede arreglar tu vocación de cosa rota es una cerveza.” p. 97
“Tiene que dar un paso hacia delante. Eso es todo. por los campos. tan lejos como el gitano vaga.La idea de matarse le hace bien.” p. 102
“Quisiera explicarle lo que ve, cómo por momentostodo se desarrolla ajeno a su voluntad y se desdoblan arcos y rectas de los que surgen superficies, puertas, recovecos. Pero ¿cómo hablar de estas cosas que sólo se sienten como una terrible angustia?” p. 120
“Las personas son el reflejo de la ciudad, su parásito.” p. 121
“…la poesía nos destruyó a ambos: es terrible tener tan cerca a la belleza sin poder tocarla.” p. 126
“Se toca las cicatrices recientes, ese lugar donde se mezcla lo bello y lo grotesco.” p. 135
“Es extraño, lo sé, hablarte así, desde un lugar indefinido, desde un teléfono público, desde una carta, desde una foto. Dictarte instrucciones de lo que tienes que hacer, decirte en qué calle doblar, qué ver, qué tocar, convertirme en un fantasma, en una presencia que intuyes en las cosas.” p. 138
“Una citade O´Gorman: ‘Imprevisible historia como lo es el curso de nuestras mortales vidas. Historia suceptible de sorpresas y accidentes, venturas y desventuras, historia tejida de sucesos que así como acontecieron, pudieron no acontecer’.” p. 141
“Le parece que toda esta situación pertenece a otra historia, como si otro mundo se hubiera traslapado con el suyo, generando una intersección sacada de alguna novela policiaca.” p. 141-142
“El alcohol es una noche de tormenta.” p. 145
“-Un dios aburrido repite en nosotros el tedio del universo.” p. 147
“Piensas en las mil y una razones por las que habría que claudicar, y pese a ello, continuar.” p. 166
“Pensé que estaba sudando, pero no era sudor lo que recubría mi cuerpo, era otra cosa. Tal vez una certeza.” p. 167
“Hay pocos momentos en los que a los hombres les es dado ser elocuentes.” p. 170
“Un error. ¿No es así como nacen todas las cosas?” p. 171
“Sigue corriendo, arrastrado por París el desastre irreparable del fuego.” p. 179
Published on July 29, 2015 19:30
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