Hay días como este en que una lluvia inesperada irrumpe en la primavera. En que el sol se repliega detrás de las nubes. En que uno, sin saber por qué, anhela. Anhela un amor a quien llamarle para decir “me dio frío”, “ya quiero llegar a casa”. Un amor incómodo para la constante soledad que nos construimos. Orgullosos. Gozosos. Poderosos. Un amor al cual sonsacar para salir temprano de trabajar y correr bajo las sábanas para ver una película, abrazados, mientras se va esta grisura inoportuna. La onda es que cuando salga el sol ya no querrás a ese amor ahí contigo, desearás estar solo, te estorbará. Como ocurre el resto de los días que dedicas a fortalecer esa soledad infranqueable. Hermosa.
Published on April 29, 2015 10:21