Cuando una persona tiene un cierto poder (por escaso y cochambroso que pueda ser), la tendencia humana tiende a que sea usado mal y a destiempo. Por eso hay inspectores de Hacienda y policías, pero también guardias de seguridad, o muchos funcionarios que, en un momento dado, descargan sus frustraciones con los demás, haciéndonos pagar su mal día… o su mala (e insignificante) vida. Un policía frustrado no dedicará su tiempo a ayudar al ciudadano ni a solucionar sus problemas, un policía frustr...
Published on April 19, 2015 23:00