Un Guía Dulce para Comunicarme con mi Esposo {A S.W.E.E.T. Guide to Communication with My Husband}
Tengo el maravilloso privilegio de trabajar junto a mi esposo cada día. Ambos nos sentamos en nuestros escritorios, colocados de forma que podamos vernos, compartimos nuestro tereré, lanzamos ideas y aportes, hacemos preguntas y nos sumergimos en discusiones profundas.
Es “…una aventura increíble y un desafío significativo.” (L. Jacobson)
Hubo un día en particular en el que, al sentarnos en nuestros escritorios, él se recostó en su silla con los pies levantados y yo supe que quería discutir algo que había en su mente. Al estar casada durante casi 14 años, aprendes sobre tu esposo y yo conozco bien esa postura, no iba a ser una conversación corta.
Comenzamos hablando sobre un tema en particular, pero, en lugar de guardar mis palabras desde el principio, las dejé salir, una tras otra.
Mis palabras no eran de apoyo, sino que apuntaban sus fallos.
Mis palabras no eran sabias. En lugar de eso, lo comparé con otra persona.
Mis palabras no edificaron a mi esposo.
Mis palabras no lo animaron, sino que le hirieron.
Mis palabras no comunicaban gratitud por este hombre maravilloso que Dios me dio.
Y cuando sus palabras llegaron como respuesta a las mías, se clavaron en mí. Sus palabras me hirieron profundamente. Hubo palabras que nunca pensé que escucharía de mi esposo.
Nunca imaginé que, una vez que se recostó en su silla para hablar, terminaríamos en una guerra de palabras una más hiriente que otra, pero eso es exactamente lo que sucedió.
Y, por supuesto, es ahí donde me gustaría decir que nos pedimos perdón cuando terminamos la discusión, pero no lo hicimos. Mi marido volvió a trabajar en su computadora y yo salí a buscar algo para organizar o limpiar. La discusión había terminado, y las cosas no iban a mejorar si no nos separábamos un poco.
Más tarde ese día, nos perdonamos uno al otro y, una vez más, estuvimos listos para avanzar en nuestro matrimonio.
Hay dos cosas que quiero destacar con esta historia.
En primer lugar, quiero enfatizar que mi esposo y yo luchamos como cualquier otro marido y mujer. Podemos ser misioneros en el extranjero, pero estamos lejos de ser perfectos. Diariamente tenemos que decidir comprometernos con nuestra relación porque el matrimonio…”requiere que inviertas fuertemente en tu relación”. (L. Jacobson)
En segundo lugar, veo la importancia de invertir en mi forma de hablar. Efesios 4:39 dice, “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.”
Se me ocurrieron un guía dulce para aplicar a la hora de comunicarme con mi esposo, ¡y pensé que también podían ayudarte a ti!
¿Mis palabras son de apoyo?
“Expresa entusiasmo por sus planes e ideas.” (L. Jacobson)
¿Mis palabras son sabias?
“Una mujer sabia sabe cuándo debería esperar para hablar o nunca mencionar algo.” (L. Jacobson)
¿Mis palabras son de ánimo?
“Las palabras amables pueden tener un poderoso impacto en tu matrimonio.” (L. Jacobson)
¿Mis palabras edifican?
“Habla solo de aquellas cosas que edifican.” (L. Jacobson)
¿Mis palabras son de gratitud?
“Querido, eres el campeón de mi corazón. Un verdadero ganador. Y agradezco a Dios por ti.” (L. Jacobson)
Ahora, amiga, no hay nada mágico en lo que estoy compartiendo. Sé que aún habrá guerras de palabras porque la vida no es así de simple. Pero al ir creciendo como una esposa que ama a su marido, sé que ser dulce con mis palabras es una de las maneras en las que puedo decir “te amo” y valorar nuestra relación matrimonial.
El matrimonio es “un largo viaje para aprender a amarse el uno al otro” y el libro de Lisa Jacobson “100 Maneras de Amar a Tu Esposo”, ¡fue una maravillosa herramienta que me ayudó en mi viaje de amar a mi hombre!
¿Me acompañarás no solo a aplicar estas 5 palabras al comunicarte con tu esposo, sino también a leer el libro de Lisa y ser desafiada a amar más a tu marido?
Sirviendo al Señor incondicionalmente,
Trisha Goddard
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In Paperback: 100 Maneras de Amar a Su Esposo
On Kindle: 100 Maneras de Amar a Su Esposo
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Trisha es una creyente, creada y llamada para expresar su fe a través del amor, especialmente al encontrar formas de servir a su familia y a las mujeres en el ministerio. A Trisha le gusta viajar y leer. Está casada con Mike y tienen tres hijos. Viven el Paraguay, donde sirven a Dios desde el 2004.
Puedes encontrar más sobre su ministerio aquí: www.mtgoddard.com .
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