2015
Me llegó la primera noche del 2015 con la inquietud de escribir algo a propósito del año que comienza. Sin embargo, no se me ocurre nada particularmente “literario” o inspirador. Ni siquiera anecdótico o entretenido. Simplemente me dio por pensar que es maravillosa la oportunidad de refrescarnos, de reinventarnos cada año que termina. Es cierto que eso lo podemos hacer diario al despertar o en cada cumpleaños o en cualquier fecha relevante del calendario personal, pero la particularidad del año nuevo es que nos equipara. Nos ancla en un tiempo compartido y nos permite replantearnos ante nosotros mismos y ante los demás. La mayoría necesitamos ubicarnos en el tiempo: marcas como en los libros para saber dónde estamos, hacia dónde seguir y qué páginas pasamos para no repetirlas o, en caso contrario, releerlas. Descansos de la vorágine. Tiempos de celebración. Personalmente este año me planteé pocos propósitos, pero relevantes. Anticipo la llegada de enormes y extraordinarias noticias. Mientras tanto, me encanta la posibilidad de la sorpresa, la constancia, la improvisación. De lo hermoso e inesperado. De lecciones que nos enriquecerán y otras que seguimos masticando, no sin dolor o angustia, pero que eventualmente se transformarán en fuerza y, sobre todo, alegría. La alegría de cada momento hasta el último momento.

Omar G. Villegas's Blog
