Receta invitada: conejo a la siciliana

El conejo de Sevilla Sicilia / EL COMIDISTA
¡Albricias!¡Zapatetas! Ya vuelve a ser casi viernes, y además día de receta invitada, hoy sugerida por El Cervecista, un señor con el que intercambio muchas tontunas en Twitter y al que –a pesar de que me parece muy simpático, vaya eso por delante– le tengo un poco de pelusa por algunos motivos. Para empezar, cura quesos en su casa (solo por eso ya me pongo verde de envidia, pero hay más), también prepara millones de conservas con pintaca, hace un pan que alimenta solo con verlo, se pasa el día cocinando y todas esas cosas que la gente que perdemos el tiempo viendo Un príncipe para Laura y otras basuras tenemos días de solo 24 horas nunca podremos hacer. Recordad que vosotros también podéis mandar vuestras recetas a recetascomidista(arroba)gmail.com, y nosotros las prepararemos, fotografiaremos y publicaremos para que podáis presumir de talento cocinillas delante de vuestros amigos (y todavía más, de vuestros enemigos).
Aunque no os estáis explayando mucho con la cantidad (recetascomidista(arroba)gmail.com, ese es el mail al que hay que mandarlas, ese y no otro. Ese. ESE), hay que reconocer que la calidad de la mayoría de las recetas que están llegando a recetascomidista(arroba)gmail.com tiene nivelón. Este escabeche, por ejemplo, hizo que mis compañeros de trabajo se volvieran completamente bananas y se retaran a un duelo a muerte para decidir quién se llevaba a casa el poquito que sobró.
El secreto de su éxito está en usar un vinagre suave como el de manzana –si no tenéis y vais a usar de vino blanco, quitadle un tercio y añadir la misma cantidad extra de vino– y en el dulzor que aporta el azúcar. Yo fui un poco prudente con este último (la receta original sugería 150 g) y no me arrepiento de haberlo hecho, y además usé azúcar moreno que supongo que también le subió un poco el color a la salsa.
Aparte de eso el plato es sencillísimo, el único atributo culinario que pide es un poco de paciencia, tanto para esperar a que el vino y el vinagre evaporen, la salsa reduzca bien y la carne casi se despegue del hueso como en el reposo –de entre 12 y 24 horas– para que el conejo se impregne bien del sabor. El autor asegura que la preparación funciona igual de bien con pollo –y yo me atrevo a decir que también con pavo y cordero, y con atún si primero se reduce la salsa y se pone el pescado en trozos grandes con el fuego apagado– y que las hierbas se pueden tunear al gusto. Además de lo del azúcar, el único cambio que he aportado es doblar el número de dientes de ajo... y creo que la próxima vez lo triplicaré, porque el momento en el que te encuentras un diente de ajo guisado mezclado con la carne es más sexy que una cita con Fassbender.
Dificultad
Dice el autor que para hacerla hay que ser capaz de abrir una puerta (automática).
Ingredientes
Para 6 personas
2 conejos en trozos pequeños
8 dientes de ajo
2 cebollas blancas
100 g de azucar moreno
400 ml de vinagre de manzana
400 ml de vino blanco
4 ramas de romero
6 ramas de tomillo
Aceite de oliva
Sal
Pimienta
Cuscús o arroz para servir
Preparación
1. Salpimentar la carne. En una cacerola u olla a presión con un fondo de aceite, dorar a fuego suave los dientes de ajo enteros y reservar.
2. En ese mismo aceite –pero a fuego más vivo–, dorar el conejo en tandas y reservar. Cortar las cebollas en aros finos y pochar en ese mismo aceite a fuego suave.
3. Añadir a la cebolla, los ajos, la carne, el romero y el tomillo. Rehogar todo junto un par de minutos.
Regar con el vinagre, el azúcar y el vino, salpimentar y cocer a fuego medio y destapado, hasta que este tierno (más o menos una hora). Si se hace en olla rápida, entre 15 y 20 minutos a la velocidad 2, despresurizar y cocinar destapado unos 10 minutos más, hasta que se reduzca la salsa. Dejar reposar para que la carne se empape del sabor de la salsa.
Tiempo aproximado: 12-24 horas.
4. Calentar a fuego lento y servir con cuscús o arroz blanco (o una buena hogaza de pan).
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