Pintura por Pavel Sokov
Laparoscopia
Crees que nadie puede saber
lo que hay en tu corazón
hasta que te practican una laparoscopia.
Entonces una pequeña cámara
te va dejando al descubierto.
Sientes una serpiente fría
viéndote con su único ojo,
deslizándose lentamente
por el sendero de tu garganta,
bajando hacia tu pecho.
Se dice que también somos
aquello que comemos,
pero intentamos digerir
y es imposible,
la serpiente ha comprado ya
su boleto de retorno
y en ese momento
deseamos regurgitar
como lo hacen las serpientes.
Lo que no podemos asumir
se nos convierte en vómito.
Y sin embargo llega
y te deja al descubierto.
Pensé que mi corazón
se vería negro,
el sopor de la anestesia
me impidió constatarlo;
te olvidas casi siempre
de aquello que un día
te vió tal y como eras,
sin adornos y sin filtros
(a los laparoscopios
no les interesa Instagram).
No quise preguntarle a la cardióloga,
pero estoy seguro
que mi corazón era negro.
(Alejandro Rodríguez Morales)
Published on January 19, 2014 09:17