La gente está muy esperanzada: hoy jugamos con México. Estamos en ese exacto punto, ya conocido, de jugarnos la autoestima en cada partido. Nuestra autoestima en los botines de once, catorce jugadores. Déjà vu de nuestra gente: el enorme gozo ante una victoria, y la tragedia ante la adversidad. En un juego. Es extraño ver a ciertas selecciones perder como profesionales, irse de la cancha como si hubiesen sufrido sólo un percance laboral. Eso es inimaginable en nuestros jugadores, que lloraría...
  
    
    
    
        Published on June 27, 2010 06:23