Confesiones literarias XVI. Cómo presentar un manuscrito a una editorial
Continuando en la línea de las
Confesiones literarias XIV
, donde entrevistaba a tres autores sobre sus inicios literarios, esta semana me ocupo de un paso importante al finalizar la novela: la presentación de la misma a una editorial y/o un agencia literaria.
Entre ambos mundos (agencias y editoriales) existe poca diferencia en cuanto a cómo debe presentarse un manuscrito. Algunas editoriales no aceptan obras presentadas por el propio autor, de modo que
conviene disponer de un agente literario para que él o ella se los presente. El agente se convierte, por así decirlo, en una prueba de calidad frente a la editorial, que verá a un profesional depositando su confianza en una obra. Eso, aunque parezca que no, puede ser la diferencia entre un manuscrito leído y uno que termine en la papelera. Por supuesto, también existen muchas editoriales que leen manuscritos no avalados por una agencia literaria.
En ocasiones, tanto la agencia como la editorial poseen un apartado en sus páginas web dedicado a la presentación de originales, y dictan algunas normas a seguir para ello. Un dato en el que todas coinciden suele ser la insistencia en no presentar la obra completa en el primer correo. Lo que debe incluirse, en todo caso, es una pequeña porción de los primeros capítulos. No más de diez mil palabras.
Cuando se presenta una obra, aparte del nombre del autor y una breve descripción sobre su trayectoria profesional y publicaciones, suele darse el nombre de ésta (un nombre que debería presentarse como título sugerido), el género al que pertenece y una sinopsis. Éste ultimo dato es el más importante.
¿Es la sinopsis un mero resumen de la obra? La respuesta es no. La autora norteamericana Jeanette Windle, con quien he tenido el placer de conversar en varias ocasiones, solía remarcar el punto dedicado a la sinopsis durante sus clases de escritura creativa. La sinopsis es una presentación que debe escribirse con el claro objetivo de encandilar al editor o al agente. Debe ser atractiva, sugerente, interesante. Debe ofrecer un resumen de la obra, sí, pero de forma que quien la lea desee saber más. De hecho, algunos autores consideran esta sinopsis tan importante, que recomiendan colocarla en primer lugar, antes incluso de la presentación del autor o del título. Creo que llevan razón.
Si hemos logrado el interés del editor o del agente, éste se lanzará con los primero capítulos que hemos incluido de nuestra novela. En ellos prestará atención a la calidad, al interés que suscita y a si contienen los ingredientes necesarios para encandilar al lector.
A partir de entonces, el destino de nuestro manuscrito ha dejado de pertenecernos. No hay que desalentarse si una obra no encandila a los editores o a las agencias. Probablemente habrá que probar con varios, tener paciencia y esperar. Es probable que la respuesta llegue después de unos largos meses. En muchas ocasiones -siendo totalmente sinceros-. No llegará jamás. Esto es así, pero forma parte del duro camino del escritor. Nadie dijo que fuera sencillo.
Entre ambos mundos (agencias y editoriales) existe poca diferencia en cuanto a cómo debe presentarse un manuscrito. Algunas editoriales no aceptan obras presentadas por el propio autor, de modo que

En ocasiones, tanto la agencia como la editorial poseen un apartado en sus páginas web dedicado a la presentación de originales, y dictan algunas normas a seguir para ello. Un dato en el que todas coinciden suele ser la insistencia en no presentar la obra completa en el primer correo. Lo que debe incluirse, en todo caso, es una pequeña porción de los primeros capítulos. No más de diez mil palabras.
Cuando se presenta una obra, aparte del nombre del autor y una breve descripción sobre su trayectoria profesional y publicaciones, suele darse el nombre de ésta (un nombre que debería presentarse como título sugerido), el género al que pertenece y una sinopsis. Éste ultimo dato es el más importante.
¿Es la sinopsis un mero resumen de la obra? La respuesta es no. La autora norteamericana Jeanette Windle, con quien he tenido el placer de conversar en varias ocasiones, solía remarcar el punto dedicado a la sinopsis durante sus clases de escritura creativa. La sinopsis es una presentación que debe escribirse con el claro objetivo de encandilar al editor o al agente. Debe ser atractiva, sugerente, interesante. Debe ofrecer un resumen de la obra, sí, pero de forma que quien la lea desee saber más. De hecho, algunos autores consideran esta sinopsis tan importante, que recomiendan colocarla en primer lugar, antes incluso de la presentación del autor o del título. Creo que llevan razón.
Si hemos logrado el interés del editor o del agente, éste se lanzará con los primero capítulos que hemos incluido de nuestra novela. En ellos prestará atención a la calidad, al interés que suscita y a si contienen los ingredientes necesarios para encandilar al lector.
A partir de entonces, el destino de nuestro manuscrito ha dejado de pertenecernos. No hay que desalentarse si una obra no encandila a los editores o a las agencias. Probablemente habrá que probar con varios, tener paciencia y esperar. Es probable que la respuesta llegue después de unos largos meses. En muchas ocasiones -siendo totalmente sinceros-. No llegará jamás. Esto es así, pero forma parte del duro camino del escritor. Nadie dijo que fuera sencillo.
Published on October 03, 2013 02:36
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