05/ 09: SIENTO Y MIENTO Vol.2

En general, Siento y Miento se compone de historietas autoconclusivas de una sóla página, protagonizadas (casi siempre puertas adentro) por Alfredo, su esposa Claudia, y sus pequeñas hijas Sofía y Antonia. Casi siempre Rodríguez propone un humor light, basado en el costumbrismo, en pequeñas anécdotas cotidianas con un cierto cariz humorístico. En la mayoría de las anécdotas, el propio autor se lleva la peor parte: se muestra a sí mismo como un tipo colgado, inmaduro, bastante proclive a gambetear las responsablidades, glotón, inconstante, con menos glamour que el Tolo Gallego... que ama a su esposa y a sus hijas, pero lo demuestra poco y de vez en cuando. O sea que, en buena medida, Rodríguez hace esta historieta para reirse de sí mismo, lo cual es un ejercicio bastante sano.
Lo más raro es cómo el autor se resiste a ampliar su universo. Esto se ve en dos frentes fundamentales: por un lado, en el elenco. No hay más personajes que Alfredo, Claudia y sus hijas. Nunca vemos para quién trabaja Alfredo, no conocemos a sus amigos, ni él ni Claudia parecen tener padres ni hermanos, nunca vemos a Claudia interactuar con gente en las horas en las que no está en su casa... Se trata de una familia excesivamente insular, y eso deja sin explorar muchas vetas de gran potencial cómico. Por otro lado, el tipo de temas que toca la tira es muy acotado: a Rodríguez no parece interesarle nada que vaya más allá de la vida familiar y alguna desventura laboral de Alfredo, que es freelance y trabaja en su casa. No se habla de política, no hay sexo (ni siquiera cuando Alfredo y Claudia pasan páginas enteras a solas en su cama matrimonial), no hay nada ni remotamente escatológico (Antonia es la única beba del comic que no se mea ni vomita)... Es todo demasiado limpito: afecto, seguridad, autito, casita, trabajo... Por momentos a la historieta le falta un poquito más de roce, de filo.
Dentro de estos confines tan estrechos, aparecen varios chistes realmente graciosos, que me hicieron reir en voz alta. Pero lo más interesante sucede cuando Rodríguez juega al metacomic, cuando se hace cargo de que está haciendo una historieta, que Alfredo no es él sino un personaje de historieta y se anima a jugar con las convenciones y el lenguaje del Noveno Arte. Ahí generalmente pela ingenio, levanta vuelo y sorprende con ideas y resoluciones gráficas que no son las obvias, ni las habituales. Ya en las últimas 15 páginas, esta vertiente desplaza a la otra y la serie se desvirtúa un poquito. Pero siempre en una búsqueda de ideas nuevas que no se puede dejar de ponderar.
El dibujo de Rodríguez también da la sensación de ser demasiado limpito. Es un trazo redondito, amistoso, sin manchas ni espacios negros, casi sin fondos... Todo el peso gráfico recae en una línea prolijita, siempre del mismo grosor, excepto en algunas viñetas puntuales en las que Rodríguez se esfuerza por diferenciar de modo más marcado el primer plano del segundo y el fondo, algo que en el primer tomo no sucedía nunca, creo. La principal virtud de Rodríguez es que tiene perfectamente incorporado el pulso narrativo. Ese estilo de dibujo de apariencia tan sencilla le sirve
-probablemente más que otros, más elaborados- para poner el énfasis en lo que mejor hace, que es controlar el timing de los relatos. Muchos de estos chistes no tendrían gracia contados de otra manera, sin las pausas, los dibujos repetidos y demás recursos narrativos que pone en juego Rodríguez para hacer eficaces a sus mini-comedias.
Me queda para leer un tercer tomo de Siento y Miento. Veremos cómo evoluciona la serie y sobre todo si Alfredo Rodríguez, que ya se reveló como un agudo observador de la vida puertas adentro, se anima a mirar un poquito lo que pasa de la puerta de su casa para afuera.
Published on September 05, 2013 18:38
No comments have been added yet.
Andrés Accorsi's Blog
- Andrés Accorsi's profile
- 12 followers
Andrés Accorsi isn't a Goodreads Author
(yet),
but they
do have a blog,
so here are some recent posts imported from
their feed.
