Antes de hacer un dibujo, aparece la idea.
Junto con la idea, el dibujo imaginado y, casi siempre,
la fantasía del dibujo perfecto, ideal.
Ese dibujo no existe fuera de nuestra cabeza,
y ni siquiera es un dibujo, es la fantasía de un dibujo.
Entonces vamos al papel:
a lidiar con el tiempo, la falta de tiempo a veces,
con el agua, los pigmentos, las texturas del papel,
el filo de la pluma, la calidad de los materiales,
nuestras manos y nuestros ojos, y nuestros humores;
las limitaciones de la física, la...