Aló, Comidista: "¿Poner una cuchara en la botella de cava conserva el gas?"

Aló, Comidista es un consultorio en el que vale todo: dudas culinarias, enigmas gastronómicos, cuestiones personales o problemas psicológicos y metafísicos. Sólo tenéis que enviarme un mail a elcomidista[arroba]gmail.com. Responderé a vuestras cuitas cada 15 días, un viernes sí y otro no (si no hay puentes o cosas raras).


Mercedes: Somos una panda de editoras de las de oficina. Hace unos días Ariadna, la más zampabollos del grupo, ha traído al mundo una criatura y, sin rodeos, queremos que la felicites, ¡¡¡Por favor, por favor, por favor!!! Por otro lado, ¿cómo va eso de elegir el pescado fresco en el súper? ¿Si tiene los ojos inyectados en sangre es un pez zombi?


Querida Mercedes, no sé que imaginarme con eso de "panda de editoras de oficina". En un primer momento he pensado en las típicas señoras de mediana edad vestidas con traje chaqueta que bajan a desayunar con el monedero en la mano, pero lo de editoras me despista: igual sois unas intelectualas y estáis todo el día leyendo a Caballero Bonald y a Houellebecq. En fin, por una vez y sin que sirva de precedente, felicito a Ariadna la zampabollos por su exitosa reproducción. El pescado debe tener los ojos transparentes, las agallas bien rojas, el cuerpo tieso y la piel brillante. Si está pastoso, blandurrio y como con cataratas, es viejuno.


Guillermo: Me declaro fans acérrimo de la pizza casera. Me salen buenas, pero por mucho que amaso y le paso el rodillo a la masa, NUNCA me queda tan fina y crujiente como a mi me gustaría, tal y como las hacen en los restaurantes italianos. Llega un momento en el que, si sigo estirando y pasando el rodillo, se me rompe o agujerea, y además siempre sube un poquito al meterla al horno. ¿Estoy pasando algo por alto? ¿Quizás sería mejor prescindir de la levadura? ¿Hay algún truco para que me salga una masa verdaderamente finísima y crujiente?


Querido Guillermo, como yo no soy maestro en el arte de las masas ni nada que se le parezca, para contestar a tus dudas he llamado a mi cuñada May, que es socia de una pizzería. Recomienda lo siguiente: mezclar un poco de harina de gran fuerza (un 5% aprox.) en la harina de fuerza, echar poca levadura (unos 25 g por kilo de harina), añadir la menor cantidad de harina posible si estiras la masa con rodillo, y darle mucha caña al horno al principio de la cocción (275º si tu horno lo permite). Ya que me ha dado estos consejos, le voy a hacer un poco de promo: la pizzería se llama Totó y está en Sopelana (Vizcaya).


Isabel: Querido Mikel, ¡cómo no va a tener tanto contenido erótico/festivo tu consultorio! ¡Mira dónde te anuncia EL PAÍS!



Contactos


Querida Isabel, no sabes el honor que supone para mí aparecer anunciado en esa página. Creo que los responsables de publicidad del diario aciertan de pleno: ¿dónde va a estar mejor El Comidista que entre amas de casa insaciables, tetoncitas de 24 años, chóferes guardaespaldas y videntes desde niñas?


Juancho: El otro día hablaban en la tele del cambio alimentario del personal con la crisis. Del retorno a cosas como las legumbres. En mi casa hemos comido de cuchara cuatro o cinco veces a la semana cuando íbamos montados en la ola y seguimos haciéndolo ahora que nadamos como podemos. Y yo me pregunto, ¿la peña comía perdiz escabechada? ¿Tan idiotas somos? ¿De verdad la gente piensa que un cocido, una fabada o unas lentejas son de pobres?


Querido Juancho, sí, hay muchos ignorantes por ahí que piensan que las legumbres son de pobres, y ni las prueban salvo que no les quede más remedio. Gente supuestamente fina pero en el fondo muy palurda que pierde el bullate por un foie aceitoso de los malos y arruga el morro cuando ve unos garbanzos hechos como Dios manda. Ni saben que las legumbres no son sólo exquisitas, sino fundamentales en la dieta mediterránea, ni les importa. Quizá con la crisis la situación cambie... aunque mucho me temo que en cuanto la economía vaya mejor, estos cretinos volverán a darle al solomillo y al tataki de atún como si no hubiera una lenteja en el planeta.


Piter Griffing: La tortilla de patatas no me
sale. No liga, no cuaja, el resultado es algo así como tortilla
desestructurada verde. Sospecho que se debe a que pongo demasiado aceite
y a que no lo dejaba calentar lo suficiente como para que el huevo solidificara
rapidito e hiciera costra. Porque luego lo de intentar darle la vuelta
es otro cantar... ¿Cómo haces tú la tortillita de marras?



Querido Piter Griffing, para hacer la tortilla -hablo del paso final- no necesitas mucho aceite: con que la superficie de la sartén esté mínimamente engrasada es suficiente. Una vez que echas la mezcla de huevo y patata, ten un poco de paciencia. Déjala tranquila uno o dos minutos para que se forme la capa exterior de huevo, y luego remueve por el interior para que lo cuajado se reparta. Vuelve a esperar un poco para que la capa se rehaga, y entonces le das la vuelta. Otro truco para que cuaje bien consiste en dejar las patatas fritas con el huevo batido un buen rato (unos 15 minutos), removiendo de vez en cuando. El huevo espesará y no estará tan líquido en el paso final.


Matenw17: Barbie jamona sevillana, vista en @tapasporsevilla. No llego a imaginar como la vestirán en Pamplona.


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Querida Matenw17, me encanta la foto, es realmente espantosa. Ahora entiendo en qué se inspiró Lady Gaga para su vestido de carne. ¡Si es que en España a ingenio no nos gana nadie!


Violenza: Te escribo para brindarte la oportunidad de salvar las vidas de dos amigas que, o cambian sus hábitos alimenticios, o morirán muy jóvenes. La primera adora todo lo graso y dulce y no come ni lácteos (salvo queso), ni fruta, ni verdura (los cuatro guisantes que le echa a la ensaladilla rusa no cuentan, por mucho que ella diga que sí). Además, es increíblemente maniática con todo tipo de salsas y guisos, en los que aparta cualquier trozo con pinta de verdura. La otra come de todo, pero es tan vaga que pasa de cuidar el sabor. Entre sus platos estrella me quedo sin duda con el pollo al microondas, ganador de 5 Arcadas Michelín. ¿Qué puedo hacer con ellas?


Querida Violenza, ¿te has planteado la posibilidad de cambiar de amistades y abandonar a su suerte a estas dos mentecatas? Yo es lo que haría, pero bueno, tú sabrás. Quizá deberías ir a ver a sus papás y felicitarles por la excelente educación que han dado a las niñas. Coméntales de mi parte que si algún día sus hijas sufren enfermedades relacionadas con la mala alimentación o se ponen como elefantes marinos a causa de comer de forma descerebrada, se pueden anotar el tanto. Siento no poder darte más consejos: mi paciencia con las personas tiquismiquis y malcriadas con la comida es muy limitada. 


Germán: Te escribo porque hoy he visto indicios claros de una homosexualidad galopante por tu parte, y a pesar de que nunca me he sentido atraído por los wolves o los barbudos canosos, he de decir que tus ojitos tiernos me han conquistado. Eso y tu sentido del humor, que es lo que más me pone en un hombre. Como experto en asuntos culinarios quería preguntarte tu punto de vista sobre todas las corrientes alimentarias que han surgido como panacea para conseguir una vida mejor a través de no comer casi de nada. Me refiero a conceptos como crudiveganismo, frutivorismo, dieta macrobiótica, etcétera. Por cierto, si te van los osos tengo sobrepeso de un par de kilos, y si no, que sepas que los tengo muy bien repartidos y no se nota nada. Ah, y soy pelirrojo...


Querido Germán, ¿cuáles son esos signos de homosexualidad galopante a los que te refieres? Que me vuelvan loco Madonna, Kylie, los gimnasios y el brunch, me relama cada vez que veo un obrero sudoroso, visite clubes de hombres nocturnos vestido con gafas de sol de policía, camiseta ajustada y bragatanga de cuero y tenga un perfil en Grindr en el que salgo en bolas no significa necesariamente que sea homosexual. Yendo a lo que me preguntas, respeto la libertad de las personas para abrazar la secta alimentaria que más les guste: si así son felices y van más al baño, estupendo. Yo no necesito darle tantas vueltas a lo que como, me basta con llevar una dieta razonable y variada. Puede que comiendo todo el rato verduras, frutas crudas y alpiste lograra tener la piel como el culo de un babuino, pero me moriría de aburrimiento en cuestión de meses. Para mí la comida no es sólo nutrición, es PLACER. Y por eso detesto las restricciones, sobre todo cuando no están basadas en ningún argumento científico sino en las visiones de cuatro gurús jipitruscos.


Juan: Desde siempre me han dicho que cuando se abre una
botella de cava o champán, para evitar que se vaya las burbujas o que
duren más, se pone una cucharilla en la boca de la botella y así la
puedes dejar en la nevera unos días si no se termina (adjunto foto). ¿Esto tiene algún
fundamento y funciona? ¿Puede usarse un tenedor o cuchillo o cuchara
sopera en su lugar?


Querido Juan, sí, poner una cucharilla en la botella de cava evita que se le vaya el gas. Pero es más efectivo aún pintarse la cara, ponerse una corona de plumas, sacrificar una gallina y bailar una danza alrededor del fuego gritando "uiuiuiuiuiuiuiuiui". Ni una burbuja se escapa, ya verás. Hay quien mantiene que esto de la cuchara no tiene ningún fundamento científico y que es una superchería más de las muchas que se creen los incautos, pero tú no les hagas caso. Si lo de Uri Geller doblando cubiertos con la mente es verdad, esto también.



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Carlos: Me encanta la cocina y veo los (pocos) programas sobre cocina que se dan en ésta, nuestra televisión nacional. Pero hete aquí que esde un tiempo a esta parte vengo observando que hay una nueva figura en los platós: las nutricionistas. ¿Quiénes son? ¿De dónde vienen? ¿Se irán de igual modo que vinieron? No sé, pero a mí, francamente, me molestan mucho. Además, me he dado cuenta que  no tienen ni idea -en su mayoría- de cocinar. ¿Realmente es necesaria su figura?


Querido Carlos, me congratulo de que me hagas esta pregunta, porque a mí también me cargan bastante las nutricionistas-florero en los programas de cocina. No hay nada que me corte más las erecciones culinarias que una pesada contándome cuánto magnesio, potasio y fibra contienen los alimentos que se van a guisar. Sin embargo, dado que en este país cada vez comemos de forma más desequilibrada y menos mediterránea (el combo hidratos refinados + carne roja + comida procesada o precocinada arrasa), quizá no esté tan mal que existan cheerleaders dietéticas que animen a la gente a consumir productos frescos y sanos, especialmente verduras, frutos y pescados. Además, yo siento mucha compasión por Ainhoa, la que sale con Arguiñano: esa pobre chica se está ganando el cielo riéndole los chistes a Karlos.


Teutona: Leí hace tiempo tu impactante entrada sobre 'Microwave for one'. ¿Cómo se te queda el cuerpo con esto? ¿Se te ocurre alguna receta digerible utilizando consecutivamente estos dos electrodomésticos -me da igual el orden- que no sea sacar la lasaña del congelador y meterla en el microondas?



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Querida Teutona, no te imaginas cómo te envidio por tener ese libro. Me encanta el concepto y me rechifla la portada. ¿Quién es la autora, Margaret Thatcher? Es monísima. Lo siento pero no puedo competir con heroínas de  la "cocina para la mujer moderna" como ella: uso mucho el congelador y algo el microondas para calentar, pero nunca de manera combinada.


Laia: Tengo un problema muy grave con mi pareja: le gusta la pasta muy hecha y a mi poco hecha, si la hago yo él siempre se queja porque dice que está cruda, y si la hace él a mi me parece asquerosa tan blanda y pegajosa (¡además si son espaguetis los rompe!). ¿Debería dejarlo o podemos encontrar alguna solución? Odio tirar comida, y hago mucho uso del congelador, he llegado a congelar ensaladas de pasta, ¿Qué opinas de congelar la verdura cruda? Tengo un recipiento de silicona para cocer al microondas o al horno, y me encanta, lo uso casi todos los días, pero me da la sensación que por mucho que lo lave no se va el olor a comida, ¿hay alguna forma de lavarlo para que no huela? Por último y como curiosidad, ya no vivo en España y allí no lo había visto nunca, aquí las lechugas para las ensaladas las venden con la maceta, supongo que así se conservan mejor, pero no sé, me da lástima cortar las hojas cuando están plantadas.


Querida Laia, lo primero que debes hacer es dejar las anfetaminas. O tomarlas por la noche cuando sales con tus amigas a ponerte como Las Grecas, no cuando mandas mails a consultorios. Si, ya sé que el speed te da energía, pero chica, es que hablas tanto que das dolor de cabeza. Como yo no he tomado estimulantes todavía, te contesto de manera muy breve. Deja a tu novio porque una persona que rompe los espaguetis antes de cocerlos no te va a dar más que disgustos. Él también debería dejarte a ti por ser tan cafre como para congelar una ensalada de pasta. Si quieres congelar verdura, es mejor escaldarla antes. En cuanto al "recipiento" de silicona -¿ves lo que pasa por escribir puesta?-, prueba con el vinagre y el bicarbonato, que hacen milagros con los olores. Y la lechuga córtala sin temor, que ha nacido para eso.


 


Laia, antes de irse de España en busca de nuevas farmacias.

 


Lilian: ¿Es lo mismo salar la comida mientras se está
cocinando que salarla en el plato final? Si es lo mismo, ¿no tendría más
sentido preparar las comidas sin sal y que cada comensal se echara sal a
su gusto?


Querida Lilian, no es lo mismo. Si salas un alimento durante la cocción, es más probable que la sal llegue al interior del mismo; si lo haces al final, la sal se quedará en la superficie, y por tanto, tendrás que ponerle más cantidad para que potencie el sabor. Y ya sabes lo que pasa cuando echas mucha sal a la comida: tu tensión arterial sube y tus cañerías internas se resienten. Además, la sal también acelera la cocción de muchos alimentos, al ablandarlos y hacer que pierdan agua. Prueba a rehogar una cebolla con un poco de sal o sin ella, y verás cuál se pocha antes. En resumen, hay que ir salando la comida según se va cocinando, y al final, simplemente corregir el punto. 


Ovidio: ¡Hola Iker! Desde hace más de un año estoy viviendo en Alemania y no dejo de encontrarme inventos extraños de restaurantes para darles cierto aire español y exótico a sus platos. Pero este último panfleto que he encontrado en mi buzón casi me hizo devolver el desayuno. Quizá te pueda interesar.



Chorizo Burger


 


Querido Ovidio, me interesa, sobre todo el combinado flamenca vestida de rojo con lonchaca de chorizo de grasa y colorante. Gracias por mandarlo. Y ahora déjame que te explique algo muy profundo. Concéntrate bien. Presta toda la atención que puedas porque es complicado. ¿Ya? Venga. "Iker" y "Mikel" son dos nombres diferentes, que vienen de una lengua extraña hablada por los aborígenes de las selvas de Papúa-Nueva Guinea llamada "euskera". Yo, Mikel. Iker, Casillas. ¿Lo pillas? ¡Buen chico!


  Enrique:
Estoy entre tus lectores allende las fronteras que con el blog se
acuerdan de que hay una España llena de tarados a la que siempre merece
la pena volver. Pululando por un periódico germano me he encontrado con Foodpairing.
¿Qué opinas del asunto?¿Servirá para que haya gente que deje de hacer
mezclas imposibles o va a crear una legión de monstruos convencidos de
que el proyecto justifica sus desmanes culinarios?


Querido Enrique, conozco Foodpairing desde hace bastante tiempo, y la
usaba ocasionalmente cuando era gratis. Sus sugerencias solían ser
bastante útiles, y no fomentaba en exceso la guarrindongada. Ahora bien, la teoría en la que está basada esta máquina de los sabores -se supone que se llevan bien los alimentos
que en su composición contienen algunas sustancias similares- tiene sus detractores. Mi veredicto: como herramienta puede ayudar a despertar la creatividad, pero en ningún caso
podrá sustituir el olfato, el gusto y el criterio del cocinero.


Yo: Se le lee en Aló, Comidista, y sobre todo se le disfruta, pero nunca se le disfrutó tanto como este día. ¿Podrías poner una foto actualizada del estado actual del bosque que rodea tu ombligo? Y de paso: ¿qué receta recomiendas para comer en un ombligo como ése?


Querido Yo, lo de la receta es la típica excusita para que tu pregunta parezca gastronómica, ¿eh picarón? Desde luego, os las sabéis todas, ladrones. Aquí te pongo una foto del estado actual de mi ombligo. Está sin bosque, pero es que para servir en él las alubias me parecía más higiénico. Espero que te guste.



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Jaime: Después de años privando me di cuenta que tomarse un litro y medio de CocaCola o bebida azucarada por las noches no ayudaba a dormir, ni a mantener mi a-pesar-de-todo escultural figura. Hacía falta tomar una decisión, y como los de Mecano, yo soy un hombre de acción y ahora me tomo el bourbon con hielo. Me lo tomaría solo, pero el dueño del bar se empeña en quedarse, dice que no se fía. Ahora bien, de un tiempo a esta parte me ha dado por intentar hacer que el hielo sea limpito y sin burbujas y tal, ya que ahora el refresco no enmascara el sabor de nada, e incluso si el hielo lleva mucho tiempo se nota, incluso un gourmet del garrafón como el menda lo nota. Lo he intentado todo lo que el oráculo del universo conocido dice, cubitera metálica, cubitera de silicona, (ahora uso una muy rechachipiruli y cara de MUJI), agua filtrada, filtrada y hervida, filtrada y hervida dos veces… seguiría, pero mentiría, en realidad, ahí paré mis intentos y me dije (o escuche el grito de mi señora, no lo tengo muy claro), ¿por qué no le preguntas a otro borrachuzo más profesional esto y dejas los experimentos so cazurro? Y entonces pensé en ti… ¿Me ayudas?

Zzzzzz...zzzzzzz...zzzzzz...zzzzzzzz... Ay, sí, perdón, que me había quedado un poco traspuesto. Querido Jaime, no sé cómo ayudarte porque no entiendo absolutamente nada de tu pregunta. Supongo que estabas bebido cuando la escribiste, así que no voy a echar más alcohol al fuego aleccionándote sobre cómo poner las copas.


Luisa: ¿Se te ocurren variaciones interesantes a la clásica vinagreta? ¿Añadirías ingredientes adicionales? ¿Hay otros aceites o vinagres que funcionen bien?


Querida Luisa, a la clásica vinagreta puedes hacerle todas las variaciones que se te ocurran. Puedes usar zumo de limón o de naranja, especias (pimentón, comino, pimienta, curry) o hierbas (albahaca, cilantro, perejil, cebollino), cebolleta, pimiento, guindilla, huevo cocido o frutos secos picados, y el aceite y el vinagre que te dé la gana. También hay frutas que bien picadas funcionan muy bien en las vinagretas, como las fresas y las cerezas. Si repasas las ensaladas de este blog, encontrarás unas cuántas fórmulas diferentes a la convencional.


Erik: En primer lugar creo que eres un chico muy atractivo. Además es my agradable escucharte en la radio. Voy a contarte lo que me atormenta en este momento. Me da muchísimo asco; no te puedes imaginar cuánto, los estropajos y los cepillitos para limpiar los platos. Me parecen una guarrada por mucho que los limpie, enjuague y meta en lejía. No puede ser que una esponjita amarilla esté libre de microorganismos por la humedad que se queda en ellas y si existe la persona que los defienda le invito a que las chupe a ver cómo se les queda la lengua. Intento cambiar los estropajos cada semana pero tampoco creo que sea una solución; poco sostenible. ¿Conoces alguna sociedad más limpia que hayan resuelto este problema?


Querido Erik, qué bueno recibir tu mail. Estaba un poco preocupado porque aún no me había escrito la histérica de la limpieza de cada mes, pero ya puedo respirar tranquilo. A ver, relájate y lee con atención esto que te voy a decir: es imposible que tu entorno, y por extensión tus estropajos, sean completamente asépticos. No te van a operar con ellos, ni es necesario que los andes chupando, así que no pasa nada porque unos cuantos microorganismos acampen pacíficamente en ellos. Aprender a convivir con las bacterias, piensa que son tus amigas porque estimulan tus defensas, y disfruta, que son cuatro días.

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Published on April 25, 2013 22:00
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Mikel López Iturriaga
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