Nostalgia del sol

Semana de escafandras y humedades infinitas. Desde la ventana me siento como un buzo en plena jornada laboral. Hasta las gaviotas se muestran mustias estos días, juro que no me sorprendería ver pasar un banco de sardinas ante mis narices. El sol y el cielo azul son recuerdos brumosos. Creo que siguen existiendo, ahí fuera, en algún lugar. Me habría enterado si no fuera así. Supongo. Sí, lo habéis adivinado: siento nostalgia del sol. De la primavera. De la manga corta, la playa y la brisa al atardecer. Quizá por eso mis manos se han ido a un cómic que lleva ya algún tiempo en mi biblioteca, de uno de mis autores preferidos: Craig Thompson. Si no habéis leído nada de este autor, no sé a qué esperáis para haceros con Blankets o Habibi. O con este Cuaderno de viaje, en el que Thompson cuenta sus impresiones durante un viaje por Europa y, sobre todo, por Marruecos, allá por el año 2004. De ahí lo del sol.Es un tipo curioso, este Craig. Tiene "ojo poético", si es que tal cosa existe. Una mirada lírica, pero también irónica, a veces ingenua, siempre fresca. Este Cuaderno de viaje es exactamente eso: las anotaciones de un viajero. Solo que en este caso se trata de anotaciones muy especiales: en vez de escritos, Craig cuenta sus impresiones, sensaciones y reflexiones por medio del dibujo. Qué maravilla. Soy nulo (pero nulo, nulo) dibujando. De crío, me pasaba horas acosando a mi hermano mayor, Miguel, para que me dibujara cualquier cosa. Él se negaba, claro, déjame-en-paz-pesado, hasta que mi insistencia conseguía convencerlo (cualquier cosa antes de seguir aguantándome, claro). Entonces cogía el primer papel que encontraba y, en un minuto, con cuatro trazos al desgaire, era capaz de hacer brotar un mundo del papel. Me fascinaba. Qué envidia malsana, cuando yo solo conseguía dibujar palotes. Craig Thomson tiene la misma facilidad: sus dibujos parecen apuntes tomados a vuela pluma, ilustraciones y esbozos que, sin embargo, rebosan fuerza, cercanía, aciertos. Según él mismo ha asegurado, durante este viaje no usó la cámara de fotos, sino que realizó las ilustraciones en el momento o de memoria. Y quizá por esa razón las imágenes están llenas de frescura, de detalles mágicos, escenas robadas a la vida cotidiana. Lo que daría por ser capaz de hacer algo así. Si alguien se entera de algún método infalible para aprender a dibujar, que me lo diga, por favor. Pero quedáis avisados: tiene que ser apto para negados. Mientras, entre práctica y práctica, a ver si sale el puñetero sol...
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Published on January 20, 2013 14:44
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