Capitán Jenny - Capítulo 3



TRES



-Estoy a vuestro servicio.

-¿Habéis oído hablar de un barco llamado Melody Sea? –él negó-. Es una galeaza armada con veinte cañones a las órdenes de un tal capitán Cook, un corsario con patente de Inglaterra.

-¿Qué pasa con él?

-Está atacando barcos ingleses.

-Pero si está bajo la protección de la Corona…

-Lo está. ¡Por todos los infierno que lo está! –se enojó ella-. Sin embargo, ataca mis barcos, los despoja de su cargamento y se da a la fuga.

-¿Habéis ordenado su captura?

-Para eso os he hecho venir a vos. Quiero que salgáis en su busca, que atrapéis a ese condenado capitán y me lo traigáis cubierto de cadenas.

-Tomaré mi barco más veloz y…

-No, no, no. Nada de eso. Sé que podíais haceros a la mar en pocos días, tenéis cuatro barcos bien equipados, pero no deseo una confrontación abierta donde vos o él podríais perder la vida.

-No sé si os comprendo, Majestad.

-Quiero un escarmiento ejemplar. Y un hombre solo, a veces, es capaz de conseguir lo que no puede un regimiento completo.

Los ojos grises de Russell se achicaron ligeramente, convirtiéndose en dos trozos de hielo.

-¿Pretendéis que vaya solo a la caza de ese sujeto?

-Exactamente. Mis informes son que para en Tortuga. Saldréis de Inglaterra en un barco mercante y buscaréis el modo de entrar en la tripulación de Cook.

Nicholas no podía creer lo que estaba oyendo. Se levantó, paseó por la sala con las manos cruzadas a la espalda y la cabeza gacha bajo la atenta mirada de Isabel. Al cabo de un momento se volvió hacia ella y espetó.

-Imagino que me daréis una explicación a tan absurda petición, Majestad.

A otro, la frase le habría costado acabar en la Torre, pero la reina gozaba con los arrestos de su consejero lo suficiente como para pasar por alto su osadía.

-El Melody Sea proporciona buenas ganancias a la Corona. Hasta ahora, la mayoría procedentes de los galeones de Felipe, que bien merecido lo tiene. Y voy a seros franca, tengo mis dudas sobre la culpabilidad de Cook, por eso, antes de que sea juzgado y lo colguemos, deseo que confirméis las acusaciones que recaen sobre él, no es cuestión de perder unos beneficios que nos son imprescindibles por meras sospechas.

-Entonces, no le habéis declarado culpable aún.

-Lo será mientras no se demuestre lo contrario. Si ese desgraciado está entregándome su tributo pero se resarce atacando mis barcos, juro que le cortaré la cabeza.

-Entiendo. ¿Cuándo queréis que parta hacia Tortuga, Majestad?

-Ayer, conde –repuso Isabel.





A la vez que se estaba llevando a cabo la entrevista, una galeaza de 230 toneladas robada a los españoles que lucía en su costado el nombre de Melody Sea, atacaba un navío con bandera inglesa. Los hombres que abordaron la nave vitorearon a otro que se quedó sobre la cubierta del barco corsario sin intervenir directamente. Un sujeto alto, fornido, de espesa cabellera oscura.

No hubo bajas en el barco inglés, pero cuando la nave echó ancla en el puerto de Londres, todos contaron a quien quisiera oírles que había sido el capitán Cook, y no otro, el que les atacase. La noticia sobre la nueva incursión del Melody Sea llegó a manos de Nicholas Russell horas antes de partir con destino a Tortuga.




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Published on January 16, 2013 15:01
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Reseña. Rivales de día, amantes de noche

Nieves Hidalgo
Preciosa la que ha hecho Lady Isabella de Promesas de amor.

https://florecilladecereza.blogspot.c...
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