El arte de la discusión es un laberinto pleno de recovecos, callejones sin salida, puertas-trampa, cazabobos, páramos mortales y altillos donde moran monstruos coprófagos; y son estas entidades las que otorgan a una discusión su condición de tal, ya que en su ausencia estamos ante un intercambio de novedades barriales entre vecinas; quien sepa sortearlos con elegancia y a la vez guiar a su oponente a uno o más de ellos habrá conseguido llegar a la meta, que no es llegar a un acuerdo o echar l...
Published on January 04, 2013 09:53