Bob, el cacto, contra el sol

—En otro lado, en otro tiempo —dice Bob, el cacto, interrumpiendo mi lectura en el banquito del jardín—, tuve un amigo que odiaba el sol y lo odiaba por justos y diversos motivos. Entorpecía sus plumas negras, sudaba sus garras y su pico filoso, nublaba su vista prodigiosa y destilaba el alcohol que había bebido con ganas de olvidar. Quizás si detengo al sol… él pueda regresar. El sol, inexorablemente, lo regresaba a la realidad Tsef Thaed.



—Has dormido tanto que ya no recuerdas: Nadie me llam...

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on November 20, 2012 11:12
No comments have been added yet.