Hay historias que siempre empiezan y terminan igual: las historias de amor. El primer día hay dos personas frente a frente que de pronto se preguntan: ¿Qué hago aquí con este desconocido? ¿Qué hago a su lado? ¿Acaso sé quién es él en realidad? ¿Estoy de verdad enamorada? Así comienza una historia. Hasta que un día vuelve a haber dos desconocidos frente a frente que se hacen otra vez las mismas preguntas: ¿Qué hago aquí con esta desconocida? ¿Qué hago a su lado? ¿Acaso sé quién es ella en realidad? ¿Estoy de verdad enamorado? Fin de la historia. Se cierra el paréntesis. Lo que quiera que haya en medio, entre esos dos espejos enfrentados, debe ser el amor, un sentimiento grandioso, si no mienten determinados poetas, pero muy semejante al golpe de una espinilla contra el pico de un mueble: el dolor siempre es más intenso de lo que uno esperaba, casi cuesta creerlo, porque es totalmente desproporcionado con la fuerza del golpe.
Sangre a Borbotones, Rafael Reig
Published on October 05, 2012 16:02