Compañía K



“Era el mejor fusilero del regimiento, o eso decían todos. Una vez, en julio, di a nueve hombres de los doce que tenía delante. El coronel estaba en la línea esa tarde y, junto con su edecán, observaron mis tiros a través de sus potentes gemelos. Me pusieron por las nubes cuando le di al noveno y yo sonreí como un paladín. Y es que aquellos hombres estaban tan lejos que no parecía que matara a nadie, en realidad. De hecho, nunca los había considerado hombres, sino muñecos, y resultaba difícil pensar que algo tan pequeño pudiera sentir dolor o pena. Si por ejemplo hubiera una raza humana que midiera menos que el dedo gordo de la mano, digamos, ni la persona más bondadosa del mundo iba a lamentarlo si pisaba a alguno de esos hombrecitos.”

Compañía K, William March

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Published on September 07, 2012 09:06
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