Y ALLÍ UNA VEZ MÁS ESTABA YO COMO TANTAS OTRAS VECES, TREPÁNDOME A UNA MEDIANERA COMO UN VULGAR RATERO PARA ENTRAR A mi propia casa. Pasando –como tantas otras veces- por la casa del vecino de la ocasión (en este caso una anciana que no paró de demostrarme que estaba completamente aterrorizada por mi presencia en su hogar mientras me conducía hasta su terraza al gemido de “Ay, Dios”, “Ay, Dios”) y perturbando la vida y los negocios de otras personas. Pero pregunto: ¿puede alguien declararse t...
Published on August 13, 2012 10:17