¿Me estás timando?
“La irreligión que prevalece en nuestra época ejerce una presión inconsciente y continua sobre el púlpito, induciendo a los predicadores a retraerse, en puntos doctrinales, de hacer afirmaciones que serían impopulares. El problema es que una doctrina que deja de afirmarse está condenada, como un órgano que no se usa, a la atrofia.
[…] Así, se ha tirado por la borda cada punto doctrinal que parecía cuestionable y, por lo tanto, no esencial; el infierno se ha abolido y el pecado prácticamente también; solo se menciona el Antiguo Testamento con un alud de matizaciones y los milagros con una mueca vergonzante […].
Sin embargo, al hombre común, que no va a la Iglesia, no le impresiona esta forma de actuar. A sus ojos, el cristianismo no gana nada cuando se esfuerza por no ser dogmático. No es que ese hombre común critique de forma expresa estas tentativas de acercamiento: simplemente las ignora […] Los dogmas salen por la ventana, pero los fieles no entran por la puerta. […] ¿De verdad se trata de una buena inversión (se pregunta el hombre común, con su estilo comercial), si los que la ofrecen están tan deseosos de colocar el producto a cualquier precio?”.
Ronald A. Knox, La fe de los católicos, 1927Leer más... »


