Vivimos tiempos extraños. Los del aquí y el ahora. Los de hacer solo actividades que nos vayan a generar una recompensa inmediata.
La escritura no es así. Necesitamos pensar, pausar, repasar, reescribir... Es una actividad lenta en una época en la que no hay descanso. Eres tú caminando para tomar el tren cuando todo el mundo corre hacia él. La escritura no sale rentable porque no participa en el juego de la inmediatez y por eso es tan difícil ser escritor.
Porque cuando tú te pones delante de una hoja en blanco, necesitas tiempo. Y cuando acabas de escribir, necesitas más tiempo. Y si pretendes publicar o autopublicar, necesitas más tiempo. Lo que se resume a que pueden pasar meses entre que te pones a escribir y se generan resultados.
Además, tenemos que pensar que, económicamente hablando, escribir tampoco es rentable. Lo que a ti te ha llevado semanas o meses a que llegue al público apenas te genera un dinero para pagar facturas de todo ese tiempo (si es que te llega). Lo que implica otro trabajo, que te resta más tiempo.
Y cuanto más te especializas. Cuando te da por escribir algo que te gusta como la literatura fantástica, la de terror o la de ciencia ficción, entras en un nicho que apenas se mueve en nuestro país fuera de los cuatro autores anglosajones del momento. Vas a llegar a menos público y necesitarás más tiempo para hacer conocer tu historias.
Por todo esto. Escribir es una forma de vivir diferente a la que nos tienen acostumbrados. Y escribir género (fantasía, terror o cifi) es una forma de hacerlo a contracorriente.
He ido aprendiendo, desde que empecé a juntar letras en un papel y dejar que los demás las leyeran (leer también es una forma de vida en contra de la inmediatez actual), que me gusta que los demás me lean. Pero disfruto más cuando la historia me nace de dentro. Cuando he escrito lo que me ha dado la gana, me he centrado en lo que yo quería y he narrado juvenil o fantasía sin tener en cuenta que el mercado quería en ese momento un thriller oscuro sobre un policía en horas bajas.
Siempre digo que, cuando escribía fanfics, era muy feliz. Porque me centraba solo en sacar lo que tenía dentro y unir mis sentimientos con los de los otros lectores del mismo fandom que aparecían de repente en la red. Hacía lo que me daba la gana. Y lanzaba al aire una historia con un público que conoce a esos personajes a la perfección.
Pero claro, escribir fanfics no logra unir a los personajes y las historias desconocidos que tienes en la cabeza con quien te lee, porque no sabe quiénes son. Aderezado con la nostalgia de pasar las páginas en papel casi como un acto que te transporta. Un libro (como objeto) que ocupe un espacio y que tengas que tomarte un tiempo para leerlo, una historia propia en la que hay unos personajes que han salido de tu cabeza y sus sentimientos (que son los tuyos) se logren transmitir a personas que no los conocen hasta que los leen.
Me gustaría poder juntar todo ello: escribir lo que te apetezca, poder tomarte tu tiempo, sacar lo que tienes en el pecho como en un fanfic, poder transmitir a tus personajes... Y si encima fuera pagado, estaría genial.
Por ahora, lo único que tengo claro es que voy a seguir escribiendo, cuando el mundo que hemos creado me lo permita.
Porque escribir es mi forma de vivir.
Published on
November 24, 2024 01:51
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