K. Samsa. 25.08.23

Esto lo quemaría si fuese papel y ya.

1.

Una tarde, tras una situación intranquila, K. Samsa no se convirtió en un insecto, de hecho, no lo sintió hasta que alcanzó la noche. Aunque más que transformarse, o sentirse como un bicho incapaz de poder relacionarse y vivir como una persona, sentía que su corazón funcionaba de forma ajena a su cuerpo: su vista —no sus ojos— lo observaban de lejos; miraba su cuerpo mientras fruncía el ceño y su presión sanguínea aumentaba.
Pero para explicar este f...