2084 Una novela en busca de editor…

La historia narrada en «2084» es el fruto de una inquietud, la inquietud en torno al rumbo de un mundo, de una humanidad cada vez más abocada a la autodestrucción. Una inquietud que está claro, no todos comparten, absorbidos como están por el egoísmo o por la desinformación, que como una neblina nos envuelve a todos y nos induce a la inacción.
En esa misma neblina está atrapada Estela, la protagonista de esta novela, una periodista de investigación enfrascada en la tarea de filtrar noticias falsas y desentrañar el meollo de todo, desde pandemias, conflictos bélicos, calentamiento global, cambio climático, la amenaza de una Tercera Guerra Mundial, corruptelas políticas, la amenaza de la inteligencia artificial y la manipulación mediática masiva en la eterna lucha de poderes por la hegemonía.

Posible imagen para la portada de 2084

Con todo este panorama cabe preguntarse, ¿qué mundo legaremos a nuestros hijos? ¿Cómo detener la eterna rueda endemoniada impregnada de ansias de poder?
Estela es una cazadora de la verdad, una verdad muy escurridiza, que empaña su propia vida personal. Su hermano, Gabriel, está afrontando un linfoma. Su mejor amiga, que es también su cuñada, está entregada a un proyecto cooperativo experimental de economía circular, al que pretende arrastrar a todos los que la rodean, en unos tiempos de áurea apocalíptica, de amenazas inciertas que se ciernen sobre el mundo entero.
Estela busca las respuestas en muchas de sus lecturas, pues abundan los gritos de alerta en la literatura, mientras que en el trasiego de su propia vida sentimental se topa repentinamente con lo insólito, con su propia voz del futuro, proveniente de una hipotético y muy oscuro 2084.
«2084» es un guiño a «1984» de Orwell, a «1Q84» de Murakami, a «Un mundo feliz» de Huxley, a «La Ola» de Strasser, a «Sumisión» de Houellebeq, a «La noche de la esvástica» de Katharine Burdekin…
De lo que se trata es de alcanzar un 2084 más esperanzador, pero ¿cómo?
Vivimos instalados en la supuesta comodidad de los superfluo y tal vez sea necesario que comencemos a adaptarnos a la supuesta incomodidad de los necesario para sobrevivir.
Afirma Ali Smith que una historia no es nunca una respuesta. Una historia es siempre una pregunta. «2084» no es más que una incitación a que todos nos hagamos continuamente esa pregunta.

Está claro que si no encuentro un editor para «2084» yo misma acabaré autoeditándome, como siempre, pero esta vez quiero empeñarme realmente en dar una oportunidad primero, a los cauces habituales…

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Published on April 30, 2024 01:28
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