Un nuevo año
Comienzo la entrada sin saber bien qué decir. Nunca me ha gustado el fin de año, aunque adoro comenzar cosas nuevas. Tampoco soy mucho de escribir un listado de propósitos, aunque intente plantear algunos cambios en el mobiliario mental. Ni me gusta echar la vista atrás hacia lo que ha pasado este año, porque suelo tener una memoria nefasta y solo me acuerdo de lo malo.
Pero este ha sido un año de cambios, de aprender a conocerme y saber cuándo poner límites o cuándo abrirme más. He empezado a ir a clases de pintura, por ejemplo, algo que no me había atrevido a hacer nunca porque ¿y si se me da mal? (Spoiler: no se me da de pena, pero tampoco es que sea un as del pincel). También estoy empezando a ver que tengo gente cerca, no solo al otro lado de la pantalla. O que me gusta hacer deporte, pese a la pereza extrema cinco minutos antes de salir de casa. O que la apatía es mi peor enemiga y la responsable de muchos pensamientos que no me gustaría tener.
Año de cambios, como ya he dicho. ¿Y qué será 2024? Espero que sea un año tranquilo, de estabilidad, de reforzar lo bueno e ir despachando lo malo, aunque cueste. De leer tochos, que me dan miedo, y de mostrarme un poco más, porque en los últimos años me da la sensación de haber perdido mi voz personal.
También quiero hablar más de libros, de las cosas que hago tanto en mi trabajo como entre bambalinas. En 2024 se publican libros que jamás soñé traducir, como Space Opera, de Catherynne M. Valente, o Sangre y espina, de Margaret Owen (y otro que aún no puedo contar, pero que me ha obligado a enfrentarme a mi impostore). También voy a seguir al pie del cañón en Voces de lo insólito junto con Aitana Vega Casiano, porque adoro publicar nuevas voces, nueva narrativa corta, nuevas formas de entender el mundo que nos rodea o el mundo que imaginamos en nuestras mentes. Y quiero seguir conectando con más personas, abriéndome a ellas y conociéndolas. Esto es algo que siempre me da mucho miedo, porque, al exponer el alma, luego cuesta curar las heridas.
En fin, ¿propósitos para 2024? Seguir, seguir, seguir adelante, que ya es, y sobrevivir y luchar y traducir y leer y no desesperarse por el mundo de mierda en el que vivimos. Hay cosas buenas ahí fuera, y ojalá todo el mundo tuviera acceso a ellas. Ojalá 2024 sea el año en el que nos demos cuenta de que todo el mundo tiene derecho a una vida digna.


