Un banquete que termina mal. Domingo 28 Ciclo A

El domingo pasado, laparábola de los viñadores homicidas terminaba diciendo que la viña seríaconsignada «a un pueblo que produzca sus frutos» (v.43). Algo parecido afirmala parábola de hoy, la de los invitados al banquete, que nos ha llegado através de Mateo y Lucas. Para comprender el enfoque de Mateo considero esencialtener en cuenta no solo la primera lectura (Isaías) sino también la versión deLucas.

El punto departida: un festín de manjares suculentos (Is 25,6-10a)

            La parábola de los invitados a la boda se inspira en unpoema del libro de Isaías a propósito del gran banquete que Dios organizará “eneste monte”, Jerusalén, que supondrá la alegría, la salvación y la victoriasobre la muerte para todos los pueblos.

            Aquel día,

            el Señor de los ejércitos preparará para todos lospueblos,

            en este monte,

            un festín de manjares suculentos, un festín de vinos desolera;

            manjares enjundiosos, vinos generosos.

            Y arrancará en este monteel velo que cubre a todos los pueblos,

            el paño que tapa a todas las naciones. 

            Aniquilará la muerte para siempre.

            El Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros,

            y el oprobio de su pueblo lo alejará de todo el país.

            Aquel día se dirá:

            «Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nossalvara;

            celebremos y gocemos con su salvación.

            La mano del Señor se posará sobreeste monte».

La reinterpretaciónirónica de Lucas (Lc 14,15-24)

            El texto de Isaías podía provocar en cualquiera elsentimiento que pone Lucas en boca de un oyente de Jesús: «¡Dichoso el que comaen el Reino de Dios!». Entonces Jesús, con gran dosis de ironía y realismo,cuenta una parábola que podemos dividir en dos actos:

            Acto I:

ü  un hombre organiza un gran banquete;

ü  envía a un criado allamar a los invitados;

ü  los invitados se excusan debuena manera.

            Acto II:

ü  El hombre, irritado, manda alcriado a invitar al banquete a pobres, lisiados, ciegos y cojos;

ü  el criado obedece, perotodavía sobra sitio;

ü  el hombre vuelve a enviarlo«hasta que se llene la casa».

            Moraleja:

«Ninguno de aquellos invitados probará mi banquete».

            En la versión de Lucas, la parábola contada por Jesúsexplica por qué en la comunidad cristiana (el banquete) no están los que cabríaesperar (los judíos), sino otros (los paganos). Del optimismo exagerado deIsaías pasamos al terrible realismo con que Jesús enfoca siempre lascuestiones.

Lareinterpretación más dura y crítica de Mateo (Mt 22,1-14)

            La versión de Lucas podía suscitar en las comunidadescristianas un sentimiento de satisfacción y de falsa seguridad. Para evitarlo, Mateoañade una última escena e introduce también interesantes cambios; los dos actosse convierten cuatro:

            «Elreino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo. Mandócriados para que avisaran a los convidados a la boda, pero no quisieron ir.Volvió a mandar criados, encargándoles que les dijeran: "Tengopreparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas, y todo está a punto.Venid a la boda. " Los convidados no hicieron caso; uno se marchó asus tierras, otro a sus negocios; los demás les echaron mano a los criados ylos maltrataron hasta matarlos. El rey montó en cólera, envió sus tropas,que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego dijo asus criados: "La boda está preparada, pero los convidados no se lamerecían. Id ahora a los cruces de los caminos, y a todos los que encontréis,convidadlos a la boda." Los criados salieron a los caminos y reunieron atodos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó decomensales.

            Cuando el rey entró a saludar a loscomensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y ledijo: "Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin vestirte de fiesta?" Elotro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los camareros: "Atadlo depies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y elrechinar de dientes." Porque muchos son los llamados y pocos losescogidos.»

            Acto I:

ü  Un rey invita a la boda de suhijo;

ü  envía criados (enplural);

ü  los invitados no quieren ir.

            Acto II:

ü  El rey vuelve a enviar criados;

ü  los invitados no hacen caso a los criados eincluso matan a algunos de ellos;

ü  el rey mata a los asesinos yprende fuego a su ciudad.

            Acto III:

ü  El rey manda a recoger por lascalles a todos, malos y buenos;

ü  La sala se llena decomensales.

            Acto IV:

ü  El rey descubre a un comensalsin traje de fiesta;

ü  manda expulsarlo del banquete.

            Moraleja:

                        «Hay más llamados que escogidos».

            Mateo ha reinterpretado la parábola a la luz de losacontecimientos posteriores y en clara polémica con las autoridades religiosasjudías.

            En el Acto I, el protagonista no es un hombre cualquiera,sino un rey (Dios), que celebra la boda de su hijo (Jesús). Y no envía a unsolo criado, sino a muchos (referencia a los antiguos profetas y a losmisioneros cristianos). Los invitados, en vez de excusarse de buena manera,como en Lucas, simplemente no quieren ir.

            Entonces introduce Mateo un acto nuevo (II), donde lainvitación del rey encuentra una oposición mucho mayor (incluso llegan a matara algunos criados) y la reacción del monarca es terrible, porque manda suejército a acabar con los asesinos y a prender fuego a la ciudad (destrucciónde Jerusalén por los romanos en el año 70).

            El Acto III también representa una novedad con respecto aLucas: no se invita a pobres, lisiados, ciegos y cojos, sino a todos, buenos ymalos. El enfoque socioeconómico de Lucas (en el banquete entran los marginadossociales) lo sustituye Mateo por el moral (todo tipo de personas).

            Pero Mateo añade un nuevo Acto, el IV, que es la que másle interesa: un invitado se presenta sin vestido de boda y es echado fuera.

            Con estos cambios, la parábola explica por qué lacomunidad cristiana está compuesta de personas tan imprevisibles y, al mismotiempo, contiene un toque de atención para todas ellas. En el Reino de Diospuede entrar cualquiera, bueno o malo. Pero, si se acepta la invitación, hayque presen­tarse dignamente vestido.

Ni frac ni maxifalda

            Para entrar en una mezquita hay que descalzarse. Paraentrar en una sinagoga hay que cubrirse la cabeza. Para entrar en cualquieriglesia se aconseja o exige un vestido digno. Pero el vestido del que habla laparábola no se mide en centímetros ni se debe caracterizar por su elegancia. Esuna forma de comportarse con Dios y con el prójimo. O, utilizando una metáforade san Pablo, hay que vestirse de nuestro Señor Jesucristo. No es un disfraz.Es un modo de vivir y de actuar que recuerde a los demás, dentro de lo posible,como él vivió y actuó.

La generosidad de los filipenses y losmejicanos que esperan a La Bestia (Fil 4,12-14.19-20)

            Pablono quería ser gravoso a las comunidades que fundaba. No aceptaba que leayudasen económicamente, prefería ganarse de vivir trabajando con sus manos.Pero hay ocasiones en las que no puede hacerlo, como ocurre cuando está presoen la cárcel de Éfeso. Entonces acepta y agradece la ayuda que le envían losfilipenses, y les asegura que Dios se lo recompensará con creces.

            EnMéjico hay una red de trenes de carga conocida como La Bestia, o El tren de lamuerte. Son los trenes escogidos por muchos migrantes de Venezuela, Colombia,Honduras, etc., para llegar a la frontera de Estados Unidos, montándose en eltecho y jugándose la vida. Cuando pasa por algunas estaciones, gente muy pobrey sencilla lo espera para lanzarles bolsas con comida y bebida. Un ejemplomaravilloso, que recuerda la generosidad de los filipenses.

 


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Published on October 12, 2023 00:29
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José Luis Sicre
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