En la calle


Todo resulta extraño. El Hombre que gritó la Tierra es plana ya está en la calle. Es mi primera novela y leo mi nombre en la portada, en letras rojas, incluso más grandes que las del título, y me resulta extraño. Es mi nombre, Roberto de Paz, el mismo que me hacía levantar la mano cuando pasaban lista en el colegio o que relleno en los formularios, pero bien podría ser el nombre de otro, ahí plantado en el catálogo de 451 editores junto a otros nombres que sí que imponen comoTom Drury, Rodolfo Walsh o Norman Mailer.
En las últimas semanas varias personas me han preguntado por el argumento de la novela, pero nunca he sabido qué decir sin encasquillarme. Ahora más que nunca valoro el trabajo de los encargados de redactar las contraportadas, aunque supongo que es más fácil cuando la que se disecciona es la obra de otro. Hablar de uno mismo puede ser fácil, pero la cosa cambia cuando te descubres siendo un novato inseguro que tiene que vender la historia que creó en su cuarto por puro placer onanista. Entonces es cuando todo se vuelve extraño, cuando piensas que los demás te van a leer, que vas a permitir que reinterpreten tus delirios imaginativos, y comienzas a teclear que El Hombre que gritó la Tierra es plana va de de Madrid y Nueva York, de alguien que tras perderlo todo se descubre verdaderamente libre para hacer cosas que jamás habría imaginado, de padres locos, de esquivos novelistas pulp que desaparecen en las calles de Manhattan, de una residencia para vagabundos que escriben, de editoriales independientes que sólo publican autores rechazados previamente, de un grupo de chalados que intercambian bienes prescindiendo del dinero, de los negocios de compra-venta de oro que escenifican la crisis que se avecina, del pico del petróleo y de un mundo incapaz de sobrevivirse sin él.
Mientras escribo me digo que lo verdaderamente extraño es que sabiendo cómo soy, haya terminado publicando, saltando desnudo al escenario del festival de teatro del instituto para que todo el auditorio valore mis intimidades. Pero lo he conseguido, es mi nombre el que figura en la primera página de un libro muy bien editado, con una portada cien por cien satisfactoria, y estoy contento. Muy contento, de hecho, porque me encanta que los planes salgan bien.
Tengo una novela en la calle. La novela que me hubiera gustado leer.Oh yeah!!

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Published on April 10, 2012 09:51
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