Respeto

 


En la obsesiva construcción de una visión única del país, el presidente Andrés Manuel López Obrador no se cansa de mentir todos los días, de pintar un México que vive polarizado y que mide su bienestar a partir de la existencia de blancos y negros, buenos contra malos; no reconoce la existencia de matices porque impone preceptos morales antes que el respeto a valores fundamentales como el respeto, la libertad, la justicia y la igualdad.

En el país de los otros datos, para López Obrador es fundamental construirse un enemigo para así obligar que en un futuro se le reconozca el inmenso valor al encabezar una lucha, no importa que pierda todas las batallas, como contra la corrupción; le interesa más que se le reconozca por su empeño y que eso desvíe la atención del fracaso de sus políticas públicas.

En busca de ser el mejor presidente de la historia de México, López Obrador lo sacrifica, quiere ser un santo en vida, por eso le importa tanto la confianza y fe que le tiene su pueblo bueno; lo que olvida el presidente es que la mayoría de los creyentes se hinca ante la figura por el simple hecho de ser milagrosa, a veces no se sabe el nombre y la mayoría de las ocasiones cuáles fueron sus méritos y atributos, sólo se le reza porque es milagroso.

Para imbuirse esa santidad, López Obrador miente para construir un enemigo, sus adversarios son, ya lo sabemos, todos aquellos que no piensan o creen en él; el caso más reciente, el grupo que grabó un video para solicitar que se detenga la construcción del Tren Maya, a quienes descalifica de forma continua sin escuchar lo que le piden. Centrando la atención en el insulto a las personas antes que en sus argumentos.

De dientes para afuera, el presidente celebra la polémica y el debate de ideas, comenta que así se enriquece la vida pública del país, incluso demanda que la confrontación sea respetuosa y con urbanidad política, justo después de hacer la solicitud, López Obrador descarta escuchar a quienes se oponen al Tren Maya porque son sus adversarios, porque asegura que son actores en busca de fama, niega que tengan algún interés real por el medio ambiente y, remata, además les pagan por oponerse a la Cuarta Transformación.

Quienes realizaron el video para solicitar que detenga el Tren Maya ya contestaron que no son sus opositores, han salido a explicar, una y otra vez que nadie los contrató, se han visto obligados a demostrar si cuentan o no con experiencia en el activismo medioambiental, a estos acusados por el presidente se les obliga a presentar las pruebas de su inocencia.

No somos sus adversarios, somos mexicanos, le respondió uno de los integrantes que grabó el video; una frase triste por donde se le vea, porque la respuesta de López Obrador es sugerirles que, si quieren expresar sus ideas, lo tienen que hacer con respeto, pero hacia él, hacia la figura presidencial, para con la investidura que cuando a él se le antoja cuelga de un perchero imaginario.

López Obrador exige respeto, pero el respeto, primero, se otorga, escuchando al otro, atendiendo los argumentos que se tengan. Al presidente le molesta que cualquiera se pueda decir mexicano y que como titular del Ejecutivo esté obligado a responder a las demandas de los ciudadanos, por eso los descalifica, echan a perder su verdad, la única que le importa.

Coda. A Voltaire se le atribuye una frase que establece una diferencia acerca de cómo se habla de alguien, “a los vivos se les debe respeto, a los muertos nada más que la verdad”, al país le urge que alguien le hable con la verdad a López Obrador, al presidente, que escuche como los vivos.

@aldan

Bajo presión, mi columna en LJA.MX

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on March 25, 2022 01:28
No comments have been added yet.