El cine, que en sus cien años de historia ha cumplido esa labor de refugio, tanto en tiempos de guerra como de paz, está asistiendo y resistiendo heroicamente al fin de la experiencia colectiva en la que muchos nos educamos. Este presente, que tiende a encerrarnos en experiencias individuales, en ocio a la carta, nos priva de la respiración ajena, porque las películas no solo se ven, sino que se respiran, y no es lo mismo estar solo en el salón que escuchar risas, suspiros y llantos. Incluso algún ronquido.
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Published on March 13, 2022 00:45