Como se estructuraba el ejército persa aqueménida
Bienvenidos a una nueva entrada de mi blog. Esta semana volvemos a viajar hasta el próximo oriente, pero no nos vamos a ir tan atrás en el tiempo como en otras ocasiones. Y es que voy a hablaros de como se estructuraba el ejército persa aqueménida, que nos lleva a centrarnos en el período que va del año 550 a. C, hasta el 336 a. C. aproximadamente.
Este marco temporal va desde la creación a manos de su fundador Ciro II, llamado el Grande hasta los tiempos de Alejandro Magno. Ciro, de ascendencia persa y emparentado con los medos, subió al trono en el año 559 a. C. y rápidamente se lanzó contra su propio abuelo, el rey Astiages de Media. Para saber más sobre este personaje os recomiendo que leáis la entrada de mi blog Ciro II y la caída de Babilonia.
Monumento a Ciro el Grande en SidneyPero hoy no quiero hablaros sobre los reyes aqueménidas de forma individual. Tampoco es mi intención hacerlo sobre el vasto imperio que formaron, sino que más bien quiero hacerlo sobre el ejército con el que contaron para llevar a cabo esa magna tarea.
Composición del ejércitoVayamos al tema si os parece. Comenzaremos haciendo mención a lo que nos dicen las fuentes sobre este ejército. Según Jenofonte o el propio Estrabón, historiadores griegos, el número de efectivos que podían tener los persas aqueménidas era de alrededor de ciento veinte mil hombres. Ese número es muy elevado, aunque si tenemos en cuenta los vastos territorios que componían el imperio, podrían parecer pocos.
Otros autores como por ejemplo Arriano, nos dan unas cifras detalladas para la batalla de Issos que tuvo lugar en el año 336 a. C. contra el ejército de Alejandro de Macedonia. En ellas se hace referencia a un contingente de caballería persa formado por unos treinta mil hombres así como uno de infantería que rondaría los ciento veinte mil.
Eso nos lleva a pensar quizás que en momentos de necesidad, como fue la invasión de los macedonios, se podían convocar levas extraordinarias. Y es que realmente tiene lógica que un imperio tan grande en extensión fuera capaz de movilizar muchos más efectivos.
Organización militarEn lo relativo a como se organizaba o estructuraba el ejército aqueménida disponemos de varias fuentes antiguas que nos hablan de ello. La más destacada de ellas es la Ciropedia, escrita por nuestro amigo Jenofonte. Según esta información, las unidades del ejército se organizaban en múltiplos de diez. Así por ejemplo una de diez soldados se llamaba dazabam (obviamente en griego) y estaba dirigida por un oficial que se llamaba dazapatis. La de cien hombres era denominada satabam y la comandaba el satapatis. La de mil efectivos, llamada hazarabam, la dirigía el hazarapatis.
Existen documentos babilónicos que hacen mención a unidades de cincuenta hombres, que eran dirigidas por una especie de decurión que se llamaba pasçasatapatis. En lo relativo a la unidad formada por diez mil soldados no se sabe como se llamaba si es que existía esa subdivisión en el ejército aqueménida. Pese a eso, algunos investigadores se han arriesgado a afirmar que se llamaría baivarabam y que estaría dirigida por un comandante que se llamaba baivarapatis.
El cuerpo de los InmortalesEl contingente de diez mil soldados más importante fue el de los Inmortales (amrtaka). Estos recibían esta denominación no porqué jamás murieran, sino porque cada vez que alguno de ellos moría, un nuevo soldado ocupaba su puesto. De esa manera siempre eran el mismo número de efectivos. Esta era la única unidad del ejército aqueménida que estaba formada íntegramente por hombres de origen persa.
Desfile histórico de soldados aqueménides celebrando los 2.500 años de historia. Podría ser una representación de los Inmortales. Irán, año 1971 Esta unidad de élite, porque era considerada como tal, estaba formada por diez regimientos de mil hombres cada uno, es decir por diez hazarabam. Pero de entre esos diez regimientos, había uno que estaba por encima del resto, los llamados melophoroi en griego. En la lengua persa se les llamaba arstibara, que significaba los portadores de lanzas.
La función principal de estos soldados era de la proteger al rey tanto en su palacio como cuando se desplazaba con el ejército. El oficial que dirigía este regimiento era por tanto el de más alto rango e incluso se sabe que ejercía como consejero real. Eso les hizo ser populares y también, como no, verse envueltos en las intrigas y conjuras palaciegas. Porqué estas también tuvieron lugar en la corte persa, no fueron exclusivas de los griegos, macedonios o romanos.
Otros regimientos de éliteLos Inmortales no fueron la única tropa de élite del ejército aqueménida. Según el relato de Jenofonte, el fundador del imperio, el gran Ciro II era partidario de que sus sátrapas (gobernadores de provincia) actuaran y tuvieran las mismas costumbres que él. Así, si él disponía de una guardia personal, sus gobernadores debían tenerlas también y fueron muchos sátrapas los que se rodearon de guardias personales que estaban por encima de la media del resto de soldados de los que disponían.
Encontramos pues otras unidades de élite, tales como aquellas a las que los griegos llamaron gerrophoroi. Se les llamaba de esa manera porqué usaban un gran escudo de mimbre, el gerrhon, que se recubría con una capa de piel. El escudo era liviano pero ofrecía una protección óptima a su portador. Otra denominación que recibieron estas tropas fue la de sparabara.
Se sabe que estos guerreros además de combatir con una lanza que solía tener dos metros de longitud, portaban arcos. Así, cuando disparaban a sus enemigos, clavaban los escudos en el suelo formando un muro y lanzaban los proyectiles.
Reconstrucción de un sparabara hecha para el juego de ordenador Rise of PersiaOtra unidad especial o más bien dicho específica era la de los llamados takabara. Estos eran una infantería ligera, como los peltastas griegos, que usaban unos escudos circulares a los que se les recortaba la parte superior para que el portador tuviera más visibilidad. El vocablo taka en persa antiguo significa escudo pequeño o ligero. A diferencia de los peltastas griegos cuya tarea era más bien hostigar desde la distancia, estos takabara combatían cuerpo a cuerpo.
Una formación compuestaVolviendo a la información de la Ciropedia de Jenofonte, allí aparecen pasajes en los que el autor nos habla de que los ejércitos persas usaban una disposición táctica que no habían visto antes. Aunque no le pone un nombre concreto, si que habla sobre una especie de formación compuesta por soldados que portaban diferente armamento.
Según sus palabras, y debemos tener presente que fue testigo de los hechos (véase la entrada de mi blog, Jenofonte y la expedición de los Diez Mil) en la primera línea se disponían dos filas de infantería pesada, que llevaban armadura. Detrás de estos se colocaban dos más de lanceros, dos de arqueros y al final del todo, en la retaguardia otras dos de las que no nos da detalles. Quizás porqué los griegos que lucharon contra ellos jamás las llegaron a ver de cerca.
Dibujo que ejemplifica la formación compuesta del ejército persaQueda claro por lo poco que sabemos que ese tipo de disposición respondía seguramente a un intento de combinar dos estilos de combate: proyectiles y cuerpo a cuerpo. En el uso del arco los persas tenían una larga tradición, pero al entrar en contacto con los hoplitas griegos, tuvieron que adaptarse a ellos y a su manera de combatir.
Por otro lado, parece viable que la usaran, ya que cuando Alejandro conquistó el imperio persa, sabemos que buscó combinar dentro de una misma unidad a sus falangitas con los nuevos reclutas de origen persa.
Como era la infantería pesada en el ejército aqueménidaPara saber más de ella, tenemos a otro autor: Arriano. Este fue uno de los historiadores que más se centró en la figura de Alejandro Magno. No es que viviera en sus tiempos, ya que era un romano del siglo II d. C. Pero sí que bebió de unas fuentes primarias que estuvieron muy cerca del rey macedonio. De entre ellos destacó Calístenes, sobrino del mismo Aristóteles. Esas fuentes se perdieron en el tiempo, pero estamos convencidos de que habrían sido espectaculares para un historiador por su precisión. Como siempre el paso del tiempo ha hecho su trabajo. Podríamos decir que las Arenas del tiempo no perdonan a nada ni a nadie.
La cuestión es que nuestro querido Arriano, hace referencia al hecho de que en la batalla de Issos, la infantería pesada persa era la «falange de los bárbaros«. El autor dice que «también eran hoplitas«. Eso es algo que llama la atención. Al menos hasta ese momento y teniendo en cuenta que su información sea fidedigna o no, nadie había mencionado a ese tipo de unidad del ejército aqueménide.
Arriano los nombra como kardakes, y según sus datos en Issos ascendían a 60 mil efectivos. De nuevo las cifras parecen ser un pelín exageradas. Según se desprende de los datos de otros historiadores, como Quinto Curcio Rufo, que vivió en tiempos de Vespasiano, ese ejército que desplegó Darío podía contar con cerca de 100 mil hombres. Esas cifras creo que también serían un poco superiores a las que quizás pudo reunir.
En lo que sí que coinciden es en el hecho de que al menos en ese enfrentamiento, la infantería persa podría catalogarse de pesada. En el sentido de que combatían al estilo hoplita. Lo hacían en formación compacta de falange y portando escudos pesados, similares a los de los hoplitas. No sabemos si eso fue puntual o fruto de la necesidad de adaptación a su enemigo. De hecho, los griegos habían sido mucho más letales que ellos hasta aquel entonces. Y una de las premisas de la guerra es adaptarte al estilo de combate del que tienes enfrente.
Existe la posibilidad de que Darío quisiera equipar a sus tropas de la mejor manera para combatir con los macedonios. Analizando los resultados previos tan nefastos que se habían obtenido… Quizás los mercenarios griegos que servían bajo sus órdenes, le aconsejaron un cambio en el sistema de combate. Quién sabe lo que sucedería.
La caballería, el elemento clave de los ejércitos aqueménides
Pero si por algo se caracterizó siempre el ejército persa aqueménide fue por su potente caballería. El comandante en jefe era el aspatis o lo que es lo mismo jefe de la caballería. El número de jinetes que se mantenían siempre activos en tiempos de guerra solía rondar los 30 mil. No siempre fue así, según Jenofonte, fue Ciro II quien se encargó de formar y estructurar la caballería persa. Se sirvió de botines y riquezas de sus primeras campañas y obligó a sus nobles a viajar a caballo. No podía ser que hombres de su categoría fueran a pie, así que repartió las riquezas entre ellos. el rey quería evitarles esa vergüenza y desde entonces comenzó a formarse el núcleo de lo que sería la unidad en sí.
Y cuando hablamos de nobles y de cúspide, lo hacemos de un total de 15 mil. Todos estos ostentaban el título honorifico de parientes, o lo que es lo mismo huvaka. No quiere decir que fueran todos familiares del mismo rey, si no que se les consideraba como tales. Estos 15 mil nobles eran la élite de la caballería persa, y por debajo de ellos había más unidades de menor nivel.
Sobre la vestimenta, los persas solían llevar túnicas que llegaban hasta la pantorrilla. Evidentemente para jinetes no era práctico. Con el devenir de los tiempos acabaron por adoptar el llamado traje medo. Realmente eran unos pantalones, una túnica talar con mangas que llegaba hasta por encima de las rodillas, y una capa que se apoyaba sobre los hombros llamada kandys.
Reconstrucción en color del llamado «Jinete Persa». El original en mármol esta en el Museo del Acrópolis de Atenas. Exposición «El color de los dioses», Alcalá de Henares, 2010.La caballería pesada, que más adelante sería denominada catafractos, sabemos que se les atribuye a los persas su creación. También fueron ellos los que inventaron las tácticas de choque de jinetes propiamente dichas.
Jenofonte de nuevo dice de ellos que iban pertrechados con armaduras pesadas. Que se lanzaban a la carga contra el centro de la formación enemiga para abrir brecha. Lo hacían en columna y no en línea para aprovechar más el empuje y la fuerza del choque.
Con el paso del tiempo, se desarrollaron armaduras de placas metálicas en las monturas. Estas tenían como objetivo proteger también las piernas de los jinetes además del animal. Jenofonte publicó dos obras en las que aconsejaba la adopción de este tipo de catafractos por parte de los ejércitos griegos. Además de abogar por el cambio de táctica a columna en lugar de línea.
¿Carros falcados? Eficacia o desfase
El último elemento que usaron los persas en sus ejércitos eran los famosos carros falcados. Aquellos que llevaban cuchillas en las ruedas para barrer las filas de enemigos. Que también cercioraban extremidades inferiores cuando cruzaban las líneas enemigas. ¿Pero qué hay de esos carros? ¿Fueron realmente tan utilizados como se nos ha hecho creer?
Evidentemente que existieron, pero para usarlos debemos tener en cuenta la necesidad de un terreno completamente llano. Era imprescindible que estuviera libre de obstáculos para evitar accidentes. Así que por ejemplo, en Issos parece que no se usaron por las irregularidades del mismo. Eso sí, hay casos atestiguados en los que se usaron en combinación con los catafractos pesados llegando a causar estragos en las filas enemigas.
Por ejemplo en Gaugamela sí que se utilizaron. Según nos contó Diodoro, “estaban bien diseñados para asombrar y aterrorizar al enemigo”. Curcio y Arriano también los nombran en aquel enfrentamiento, y el segundo nos da la cifra de 200. En cuanto a cómo iban equipados, nos explican que tenían tres cuchillas que se proyectaban bajo la viga del carro. Otras tres en cada uno de los extremos del yugo con el filo mirando hacia adelante. Además otras dos cuchillas salían de cada eje de las ruedas y entre los radios de ellas también podía haber. Incluso se dice que en el borde de las ruedas también se podían colocar, aunque eso ya nos parece un poco exagerado para que rodara bien el carro. Aunque nunca sabremos con exactitud cómo estaban hechos y que uso se les dio.
Carga de carros persas en la batalla de Gaugamela. Fotografía de la ilustración de Andre Castaigne (1898-1899) Remitiéndonos de nuevo a Jenofonte y sus explicaciones, parece ser que también los introdujo el propio Ciro II. Parece que Jenofonote era más un fan boy de Ciro II que otra cosa… Podría decirse que si esto era cierto, el fundador del Imperio persa era todo un innovador. Otros autores griegos afirmaban que su uso era ya anterior, de tiempos de los asirios, aunque puede ser que también fueran originarios de la India. No hay certeza sobre quien los usó primero y quien los adaptó a sus necesidades.
Elefantes de guerraAntes de finalizar quería dejar constancia de otro elemento bélico. En este caso se trataría de los elefantes de guerra. Hay constancia de que en la batalla de Gaugamela estuvieron presentes. Aunque hay serias dudas de que participaran en la batalla. Al menos eso deja entrever que Alejandro y su ejército los vieron antes de llegar a la India. Hay pocos datos sobre el uso de los paquidermos en combate en aquellos tiempos. Pero solo hay que fijarse en el papel que jugarían en tiempos de los Diádocos… Y posteriormente.
En definitiva, creo que ya os he hecho un amplio repaso a todas las unidades que lo componían. Creo que el ejército persa aqueménida es menos conocido de lo que debiera. Y eso pese a que fue uno de los más potentes del mundo antiguo. Al menos hasta que se cruzó con los griegos y con los macedonios. Fue entonces cuando cambiaron las cosas. Un ejército que conquistó un Imperio inmenso, tuvo que enfrentarse a un de menor tamaño, pero mucho más preparado.
Nos leemos en la siguiente entrega del blog.
Sergio Alejo GómezAutor de las sagas literarias de Las Crónicas de Tito Valerio Nerva y Renovatio Imperii y la colección ¿Sabías que?La entrada Como se estructuraba el ejército persa aqueménida se publicó primero en Sergio Alejo Gomez.


