DIALOGANDO CON LAS NUBES I

Por fin tengo en mis manos un bolígrafo cuya tinta se desliza a las mil maravillas sobre las páginas. Lástima que no se deslicen de la misma manera las ideas y los temas. Lo peor es que ese boli escribe tan bien que hasta me da lástima usarlo demasiado y gastarlo. Su tacto es suave y combina los tonos granates y plateados a la perfección.

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Está claro que no soy de los que escriben directamente sobre el ordenador. Alguna vez lo he hecho, lo reconozco, pero la verdad es que prefiero emborronar páginas y páginas antes de decidirme a dar algo por bueno, si es que puede considerarse bueno lo que acabo dando por bueno. La eterna inseguridad del escritor. Y ante la inseguridad, lo más cómodo es refugiarse en la lectura, ya sea de libros físicos como de libros virtuales, o simplemente en el mundano Facebook o Instagram, siempre a la búsqueda de contenidos inspiradores, de temas evocadores y noticias acerca de los últimos descubrimientos del pasado que echan por tierra tantas y tantas ideas erróneas y preconcebidas acerca de nosotros mismos y de los demás.
A veces realizo auténticos hallazgos entre las conversaciones de algunos de mis “amigos” intelectuales virtuales, que intento seleccionar siempre entre un alud de intercambio de palabras vanas, vacías de todo contenido. Pero, cuanta presunción por mi parte… Sencillamente yo evito tomar parte de todo ello y me limito a observar o a cerrar la pantalla del ordenador para salir a que me de un poco el aire.
Y eso es lo que haré ahora mismo, emulando a La tarde de un escritor de Peter Handke. ¡Plagio! Exclamarán inmediatamente algunos, indignados. Como si eso no formara parte de toda obra creativa, plasmada siempre sobre un enorme palimpsesto del que muchos intentamos formar parte, com mayor o menor acierto.

Continuará…

© Maite Mateos

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Published on January 29, 2021 05:23
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