DAIMONES

LOS NECROLIGARKAS





El mayor de los Daimones se desliza serenamente entre las poderosas patas de los corceles que, tras alzar repentinamente sus esbeltos cuellos y apuntar sus orejas hacia los perrunos Daimones, continúan paciendo tranquilamente, sin dejar de proyectar en los canes toda su atención. Fork el Oscuro se sienta ante ellos, pero antes de abrir la boca el caballo del color del fuego se adelanta:
-Os estábamos esperando. Sabíamos que no tardaríais en pasar por aquí.
-Debe haberos enviado la Gran Encantadora, si no me equivoco – comenta Fork relativamente sorprendido.
-No. Siempre hemos estado aquí, en el entorno de la Torre de Endora – responde el caballo del color del mármol blanco jaspeado -. Nosotros también somos daimones de la Encantadora de Palabras, pero preferimos mantenernos en un plano secundario, a menos que nuestra presencia sea estrictamente necesaria.
-Y ahora lo es, por lo que parece – interviene Strap que se ha echado agotado junto a Fork y fija sus magnéticos ojos ambarinos en los corceles, para distraerse enseguida con todo sonido surgido del entorno.





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-Ciertamente – afirma el caballo color del fuego-. Los Daimones de los Necroligarkas han enloquecido y están causando grandes estragos. Los Necroligarkas y sus Daimones son los responsables de la agonía de los ríos y los desastrosos aguaceros que han provocado ruinosos desbordamientos de sus cauces tanto tiempo ignorados, degradados… Y son los responsables también de la pandemia que se ha desencadenado a continuación por doquier. Nadie estará a salvo mientras esos Daimones sigan campando a sus anchas. Son sumamente peligrosos y no responden a las llamadas de la Gran Encantadora.
-Yo pensaba que solo un Daimón, como mucho dos, pueden ser asignados a una persona – murmuró Fork entre dientes.
-Y así es, en cierto modo. Porque muy pocas personas son capaces de percibirlos y dejarse guiar por ellos. Pero en realidad son muchos los tipos de Daimones que se asignan a cada persona, como nosotros los Airones, que solo nos dejamos ver y oír por quienes quieren ver y oír. No obstante, de Daimones realmente poderosos o especiales como vosotros, se asignan pocos y a pocas personas, como mucho uno por persona – explicó el corcel del color del fuego.
-¿Y de qué tipo son esos Daimones de los Necroligarkas? – Inquiere Strap embargado por la curiosidad.





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-En realidad son Dips, malvados y sumamente peligrosos, que se alimentan de la sangre de sus víctimas. Todas las personas tienen asignado algún Dip pero, la mayoría es capaz de mantenerlo controlado bajo todos los cerrojos posibles, salvo los Necros y los Necroligarkas, a los que les encanta darles rienda suelta. Y ahora muchos de ellos están permitiendo que se les descontrolen por completo e incluso parecen regodearse en azuzarlos contra los aldeanos que por temor se encierran en sus casas.
-No entiendo que pueden ganar los Necroligarkas con eso ¿por qué no contienen a sus Dips? – pregunta Strap con estupor.





Continuará…





© Maite Mateos





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Published on November 06, 2020 02:03
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