Por qué Unorthodox funciona narrativamente

Los que me seguís en Twitter ya sabréis que he llegado un par de meses tarde pero que finalmente me he unido a la fiesta y he visto Unorthodox, una serie de Netflix sobre una judía ultraortodoxa que abandona su comunidad de Williamsburg, Brooklyn, para buscar una nueva vida en Berlín. Muchos me habíais estado recomendando Unorthodox desde que salió en marzo y, efectivamente, me encantó. No solo me encantó, sino que pude empatizar mucho con la historia de Esty a pesar de que jamás he vivido una situación similar a la suya.


El éxito que ha tenido Unorthodox (fue número uno en varios países y se mantuvo como la serie de Netflix más popular de la primavera junto a Tiger King) a pesar de tratar un tema con el que la mayoría de los suscriptores no estamos familiarizados (las comunidades ultraortodoxas judías) me ha hecho pensar en qué es lo que hace que una historia funcione independientemente de su temática y por qué gente de grupos demográficos tan diversos ha respondido tan bien a Unorthodox. Aquí están las claves…


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Esty es un personaje con el que es fácil simpatizar. 

Unorthodox, que está formada por cuatro episodios de cincuenta minutos, es la historia de Esther (Esty) Shapiro, una joven Satmar (rama del judaísmo ultraortodoxo) que abandona su comunidad, que le resulta asfixiante y en la que nunca se ha sentido como pez en el agua.

Aunque la gran mayoría de las personas que han visto Unorthodox no se han tenido que enfrentar a situaciones similares, los conflictos internos de Esty son universales: la sensación de no encajar en la comunidad en la que te has criado, el notar que eres diferente a los demás, el tener un sueño (en el caso de Esty, la música) que parece imposible, el querer empezar una vida nueva, las ansias de encontrar tu sitio en el mundo… todas estas son cosas a las que casi todos sí nos hemos enfrentado, y es fácil relacionar nuestras experiencias con el conflicto interno de Esty.


Unorthodox sigue la línea clásica de las coming of age stories.

Muchos géneros culturales son reconocibles gracias a las temáticas que tratan y al crecimiento que hacen sus personajes. Que estas historias puedan reconocerse como x (en este caso, coming of age) no es algo negativo; puesto que el lector ya tiene una idea de cómo suele evolucionar una historia parecida, no se verá saturado por el tratamiento único que el escritor le da a esta historia en particular. En este caso, aunque no se tengan conocimientos del judaísmo ultraortodoxo y de lo que algunas de las acciones de Esty implican, la audiencia puede suponer cómo evolucionará la trama y puede adelantarse a los giros de guión, aumentando así la tensión de la narrativa.

Unorthodox sigue la línea clásica de las coming of age: Esty es una adolescente (se revela que solo tiene 19 años) que siente que no encaja en su mundo. Al casarse con Yanky Shapiro (en un matrimonio concertado, como suele ocurrir en su comunidad) espera encontrar su sitio y que su vida cambie porque eso es lo que le han enseñado y porque eso es lo que les ha pasado al resto de chicas que conoce. Tras su matrimonio se da cuenta de que sigue sin acabar de encajar en Williamsburg, y al crecer y entrar en el mundo adulto de su comunidad decide que jamás se sentirá a gusto allí y huye a Berlín en busca de una nueva vida, unas nuevas amistades…
Unorthodox no satura a la audiencia con info dumps.

En la literatura, las info dumps son las parrafadas explicativas en las que le cuentas al lector toda la backstory de la obra: quiénes son los personajes y por qué están en esta situación, cuál es el contexto en el que suceden estos acontecimientos, cuál es el worldbuilding… 

Las info dumps  no funcionan precisamente porque saturan al lector de información nada más empezar la obra, rompiendo la fluidez del ritmo y haciendo que resulte difícil formar esa conexión con los personajes y con el argumento. Además, rompe una de las reglas clave de la escritura: muestra, no cuentes.

En Unorthodox toda la información de la comunidad Satmar (unos conocimientos que, de entrada, la inmensa mayoría de la audiencia no tiene) se da a cuentagotas y según lo requiera la trama.

En lugar de explicarnos las tradiciones de la comunidad, se nos van mostrando a medida que avanzan los episodios: se nos enseña a Yanky y a su primo Moishe rezando con los tefillin (las bandas negras) rodeándoles el brazo, se muestran las encimeras de la cocina tapadas con papel Albal durante la Pascua (para evitar que agentes de levadura “contaminen” la comida, ya que los judíos no pueden tomar levadura en Pascua), vemos a las mujeres casadas cubriéndose el pelo con pelucas o con pañuelos desde el minuto uno…

Incluso la información más importante para la trama se nos muestra a través de conversaciones: conocemos lo que se espera de Esty como esposa gracias a las clases de educación sexual que le da una mujer de su comunidad, apreciamos el amor de Esty por la música mediante su primer encuentro con la profesora de piano y mediante las partituras que Yanky encuentra en la habitación de la infancia de Esty; de la misma manera, sabemos de antemano que está mal visto por la comunidad que las mujeres canten y escuchen música debido a la reacción de la tía de Esty cuando las descubre a ella y a su abuela escuchando una canción.

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Hay armonía entre el argumento principal y las escenas del pasado.

El argumento principal trata de la huída de Esty a Berlín. En él tenemos dos puntos de vista principales: el de la propia Esty mientras intenta encontrar su identidad a través de sus nuevas amistades de la Philarmonie y el de Yanky y su primo Moishe, que van a Berlín en busca de Esty.

Al mismo tiempo, hay varias escenas de flashback que nos ayudan a comprender mejor el contexto de la comunidad Satmar de Williamsburg y a entender las motivaciones y las backstories de los personajes principales.

Esta armonía se consigue de dos maneras. En primer lugar, aunque el peso protagónico de Esty queda claro (ya que todos los flashbacks le pertenecen a ella), la subtrama protagonizada por Yanky y Moishe en su búsqueda recibe casi tanta atención como la trama de Esty encontrando su lugar en Berlín. De la misma manera, los flashbacks siempre aparecen en respuesta a uno de los acontecimientos de la trama principal; sirven para contraponer el mundo moderno de Berlín con el ambiente opresivo que sentía Esty en Williamsburg y además nos dan información sobre por qué Esty está reaccionando a ciertas cosas de determinada manera.
Los personajes están muy bien construidos.

A lo largo de la historia queda claro cuáles son las motivaciones de los personajes principales: Esty quiere huir de una comunidad en la que nunca ha encajado y encontrar su identidad en Berlín; Yanky quiere recuperar a su mujer y poder formar una familia; Moishe, que hasta hace poco había sido repudiado, quiere encontrar a Esty porque el rabino le ha prometido perdón y reinserción si la trae de vuelta; la madre de Esty, que abandonó la comunidad antes que ella y ahora vive en Berlín, quiere recuperar el tiempo perdido con su hija; el rabino quiere mantener la normalidad en su comunidad…

Del mismo modo, todos los personajes principales tienen defectos (Esty no haber sabido comunicar sus deseos con claridad, Yanky dejarse mangonear, Moishe los excesos y el egoísmo…) y todos crecen y evolucionan a lo largo de la historia.



Unido al último punto, no hay blancos o negros en esta historia, sino grises.

Este punto puede ser más impopular, pero estoy convencida de que una historia escrita en tonos de gris resulta mucho más satisfactoria para el receptor que una historia de blancos y negros en la que los buenos son muy buenos y los malos son muy malos.

Aunque habría sido fácil demonizar a la comunidad Satmar, Unorthodox tiene el cuidado de mostrar que la historia que cuentan le pertenece únicamente a Esty y que no es la norma. A pesar de las escenas traumáticas, la comunidad también se representa mediante escenas nostálgicas y de felicidad: la boda de Esty y Yanky, la relación de Esty con su abuela… incluso escenas como la que nos muestra a Yanky y a Moishe rezando con el tefillin están tomadas con belleza y respeto.

De la misma manera, personajes como el de Yanky no son caracterizados como villanos. A pesar de su papel en la sensación de trauma que Esty sentía en su comunidad, Yanky no es un personaje malvado, sino un personaje al que podemos entender debido a su backstory y a sus motivaciones, y un personaje que crece y adquiere un arco de redención en el cual no solo cambia y aprende sino que además reconoce sus errores y pide perdón por ello.



Trata una problemática que llama la atención.

Finalmente, no podíamos obviar esto. La gran mayoría de la audiencia entra a Unorthodox con pocos o ningún conocimiento sobre las comunidades ultraortodoxas del judaísmo. Este tipo de comunidades tan radicalmente distintas a nuestro mundo llaman muchísimo la atención muy rápido, incluso el título de las memorias en las que está inspirada esta serie lo sugiere: Unorthodox, the Scandalous Rejection of my Hassidic Roots. 

Este interés inicial es el anzuelo del que se vale Netflix para captar la atención de la audiencia. Sin embargo, porque Unorthodox no tiene un tono sensacionalista, la experiencia en sí de la serie resulta satisfactoria.

 


¿Y vosotros? ¿Conocíais ya esta serie? Si no la habéis visto ya, os la recomiendo muchísimo, al igual que el libro en el que está inspirada, que es una de mis lecturas actuales.


¡Nos leemos!

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Published on July 06, 2020 08:13
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