Amanecía en el vagón de cola.No tenía sueño. Comprensible. Atrapado y zarandeado en el vientre de un leviatán con forma de pintoresca antigualla de los ferrocarriles soviéticos, así mismo se tuvo que haber sentido Jonás. Viajaba en dirección a Bucarest, formando parte de uno de esos grupos organizados de turistas prestos a demandar tortillas de patata y bocadillos de chorizo en cualquier rincón del planeta. Por aquel entonces, a mediados de los ochenta, era la forma más asequible de viajar...
Published on March 25, 2020 10:34