El cómo de todo. Parte III

Como os dije anteriormente, mi decisión de repetir C.O.U. para mejorar nota de Selectividad, no me sirvió para nada, hice los exámenes y después la prueba de acceso a Bellas Artes, pero finalmente acabé decidiéndome por hacer Ilustración, que era lo que realmente me gustaba. Ya el profesor de Física y Química del segundo año de C.O.U. me dijo “¿Y qué haces estudiando Ciencias Mixtas si quieres dibujar?” y era verdad, qué hacía estudiando eso… La respuesta estaba en que yo quería ser dentista, sí, debería haberlo sido, porque ahora tendría más dineritos, pero al final opté por seguir mi sueño.


Mis padres me apoyaron, los convencí de que no viviría bajo un puente con mi decisión y me creyeron. Es algo así como decir “Papá quiero ser artista” jajajaja, pero con algo más de cabeza: “Papás, quiero ser Ilustradora” = “Papás, quiero ser una currante por cuenta ajena, explotada como cualquier otro trabajador para ganar un sueldo a fin de mes, dentro de la media, pero dibujando que es lo que me gusta”.



Así empezó mi etapa de estudiante de Grado Superior de Técnico en Ilustración, gran nombre, que queda muy bien en el currículum pero que luego no tiene el mismo efecto en el mundo laboral. Allí pasé unos buenos años y también aprendí que, en contra de lo que creía, no sabía dibujar… No tenía ni idea, había gente que me daba mil vueltas y saltaba sobre mí para hundirme en la más profunda de las depresiones creativas, había nivel y había auténticos artistas y auténticos chiflados. Pero también aprendí otra cosa, el trabajo y la perseverancia te hacían tirar para adelante, el buen hacer y el gusto por la técnica te hacían aposentarte en tu lugar y hacer difícil que alguien te sacara de allí. Porque sí, porque la Ilustración es un oficio y, como tal, no sólo requiere tener un don o querer ser artista, requiere entreno, trabajo y, aquello que pocos conocen en este sector, “pulcritud”. Y yo iba sobrada de eso, de pulcritud y de cabezonería.


Pues lo que empezó siendo una clase de cuarenta y pico personas, acabó siendo de seis y en esos seis estaba la menda, no por ser la mejor, si no por ser una hormiguita cabezona y trabajadora. Y ya me lo dijo otro profesor, “Tú no eres tan artista como otros, eres trabajadora y eso te hará llegar al final”. Y llegué y me tocó hacer el proyecto final y ahí retomamos el tema de esta página, el libro.


¿Qué podía hacer? El proyecto se realizaría durante un año y en qué momento de mi vida iba a poder dibujar mi libro si no era en ese momento. Pues ahí me lancé, a ilustrar y maquetar “Ciudad del Norte”.


Lo primero era pasarlo a ordenador y volver a releerlo y a arreglar cosas que, en su día, me parecieron bien, pero que después no tanto; la historia se mantenía, pero había que pulirla.


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Empecé prácticas en una pequeña empresa familiar en la que ejercía de dibujante y diseñadora gráfica y empecé a sacarme el carnet de conducir, además de hacer el proyecto, un año completo.


Dibujos, retoques, ortografía, páginas, maquetación… Más retoques… Aquí el ordenador ya corregía las faltas, pero, aun así, volví a pasárselo a amigas para que le echaran un vistazo. Meses y meses con aquello y finalmente lo presenté.


Contaba ya con 21 años y era verano del 2001.


¿Qué pasó?, poco, de nuevo seguía estando en ese universo del limbo en el que ni sí ni no, ni adelante ni atrás, ni bien ni mal, ni fu ni fa… Pues vale, así me quedé.


¿Aprobé? Sí ¿Me deprimí? También. Ahí está la cosa, los amigos y familiares te quieren y te apoyan y todo está bien para ellos; luego están los demás, los de las críticas constructivas y los de las destructivas, los que no tienen ni idea y los que saben demasiado pero no saben trasmitírtelo. Y, no nos engañemos, es un trocito de ti, es como si hurgaran en tu interior, te sacaran lo que hay y lo despanzurraran en medio de la calle o, en realidad, lo que hicieron fue mirarlo y decir “Bien, dentro de la media”.


Pero, renaciendo de mi pesimismo, pensé “Lo hice, quería hacerlo y lo hice. Ya está, decorará la estantería de mi casa como algo importante”. Y la ha decorado durante muchos años.


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El cómo de todo

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Published on May 23, 2019 02:45
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