A Opinión. El Poder se ejerce y adquiere de una forma violenta
El Poder se adquiere y se ejerce, no hay otra manera, de una forma violenta. En el origen del poder está la violencia.Eso explica que en 2018, el año pasado, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de la Seguridad Pública que elabora el INEGI se nos informe que hubo más de 24 millones de víctimas en el país de algún delito, un número altísimo, más del 33% de los mexicanos ha sido víctima. Los hogares gastaron 1,127.7 millones de pesos para sentirse seguros, es decir, gastaron en seguridad, en prevenir, en poner bardas, asegurar su ventanas, en poner cerraduras 1,127.7 millones de pesos, es que, es natural, tenemos miedo a ser tocados.Dice Elías Canetti en Masa y Poder:
Nada teme más el hombre que ser tocado por lo desconocido. Desea saber quién es el que le agarra; le quiere reconocer o, al menos, poder clasificar. El hombre elude siempre el contacto con lo extraño. De noche a oscuras, el terror ante un contacto inesperado puede llegar a convertirse en pánico. Ni siquiera la ropa ofrece suficiente seguridad: qué fácil es desgarrarla, qué fácil penetrar hasta la carne desnuda, tersa e indefensa del agredido.Todas las distancias que el hombre ha creado a su alrededor han surgido de este temor a ser tocado. Uno se encierra en casas a las que nadie debe entrar y sólo dentro de ellas se siente medianamente seguro. El miedo al ladrón se configura no sólo como un temor a la rapiña sino también como un temor a ser tocado por algún repentino e inesperado ataque procedente de las tinieblas. La mano, convertida en garra, vuelve a utilizarse siempre como símbolo de tal miedo. Mucho de ello ha pasado a formar parte del doble sentido de la palabra “agarrar”. Tanto el contacto más inofensivo como el ataque más peligroso están ambos contenidos en ella, y siempre hay cierta influencia de lo último en lo primero. El sustantivo “agresión” se ha reducido, sin embargo, sólo al sentido peyorativo del término.
Esta aversión al contacto, no nos abandona tampoco cuando nos mezclamos entre la gente. Cuando se disuelve esta sensación, también lo dice el autor de Masa y Poder, es cuando dejamos de ser individuos.¿A qué viene esto? La inversión que hacemos en seguridad es porque, de nueva cuenta, ante los hechos de las manifestaciones por los cinco años de Ayotzinapa, los 51 años de la conmemoración de la matanza en Tlatelolco el 2 de octubre de 1968, hay algunas voces conservadoras, y sobre todo por las marchas feministas, hay quien está poniendo el grito en el cielo porque el otro, el desconocido, el enemigo, es muy violento.La respuesta de los grupos feministas ha sido la de mostrar su rostro y señalar que no les tienen que decir cómo y por qué, de manera, en qué forma, tienen que pedir que se respeten sus derechos, sin embargo, los “anarquistas”, los que hicieron destrozos, los que se cuelan a estas marchas, los que se tapan el rostro, esos sí son anónimos, contra esos sí tenemos que estar, sí tenemos que encapsularlos, contra esos sí debemos exigir a la autoridad que no permita que en el anonimato de la masa se nos vulnere nuestra seguridad.Pero, sobre todo, como sociedad, como ciudadanos, no debemos permitir que nadie le diga a las mujeres, o a los hombres, cómo tenemos que exigir nuestros derechos, escudándonos en la defensa de la propiedad privada.
Published on October 05, 2019 00:15
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