Ciro II y la destrucción de Babilonia

¿Qué relación tienen Ciro II y la destrucción de la poderosa ciudad de Babilonia? ¿Cómo es posible que esos hechos se predijeran con ciento cincuenta años de antelación? Si quieres saber más sobre este apasionante episodio de la historia, no te pierdas la siguiente entrega de ¿Sabías qué?.



Ciro II El Grande y la construcción de su imperio

Para poder entender el tema del que os voy a hablar esta semana, es preciso que comencemos por conocer a uno de sus protagonistas: el rey Ciro II. Este monarca fue el fundador del imperio persa Aqueménida. Fue hijo de Cambises I y de Mandane, hija del rey medo Astiages y de Aryenis, heredera del reino de Lidia. Por ello, Ciro II tenía derechos legítimos sobre ambos reinos.


Así sabemos que en el año 559 a. C., Ciro II sucedió a su padre tras la muerte de este, y acto seguido se rebeló contra su abuelo, Astiages. No tardó mucho en derrocarlo, sobre todo gracias al apoyo del general al mando de las tropas medas, Harpagoque tenía una cuenta pendiente con su rey. Este se rebeló contra su señor y se lo entregó a Ciro. Con la lealtad de las tropas medas, y las de sus persas, el nuevo gobernante se hizo con el control de un vasto reino.




Ciro II y la destrucción de BabiloniaDibujo en el que se representa a CIro II de Persia

Tras reunir a medos y persas bajo un único reino, no se detuvo y puso sus ojos y en un nuevo objetivo: Lidia. Su gobernante, el poderoso rey Creso, era yerno del depuesto Astiages. Pese a que hubo una dura resistencia, los persas y los medos acabaron sometiendo el reino por completo. Tras conquistarlo, con la capital Sardes incluida, hizo lo propio con las ciudades griegas jónicas aumentando considerablemente los territorios de su ya de por sí vasto imperio.



Conquista de Babilonia

Hacia el año 539 a. C., con casi todo el Próximo Oriente sometido, el ejército medo persa, con su rey al frente, se preparó para otra guerra. En esa ocasión el objetivo era el imperio neo babilonio. No era ni mucho menos el imperio que el gran Nabucodonosor II había conquistado pocos años atrás. El nuevo reino no era más que un reflejo de lo que había sido tiempo atrás. Estaba gobernado por un ser más bien infame de nombre Nabónido, que había destronado al nieto del gran conquistador y forjador del imperio para hacerse con el trono. Este gobernante no gozaba de la simpatía de su pueblo, por lo que los súbditos vieron con buenos ojos la llegada de Ciro II y los suyos.


Una tras otra, todas las ciudades del imperio neo babilonio fueron cayendo ante el avance persa. Y aunque algunas de ellas optaron por plantar cara al invasor, muchas otras fueron más pragmáticas y prefirieron rendirse  directamente. La cuestión fue que en poco tiempo, los ejércitos invasores se plantaron ante Babilonia, la capital. Era tan sólo cuestión de tiempo que la gran urbe pasase a formar parte del creciente imperio Persa.



La profecia de Isaías

Pero centrémonos ahora en el hecho característico de la entrada de hoy: la profecía. Y es que aquí nos encontramos con lo más curioso de todo este asunto. Un siglo y medio antes de que Ciro II conquistase Babilonia, el profeta judío Isaías ya predijo la caída de esta. Lo hizo pronunciando unas palabras que se convirtieron en una profecía, y mediante la cual se encargó de anunciar que un rey persa, de nombre Ciro conquistaría la ciudad de Babilonia.


Pero no lo dijo porque sí, sino más bien teniendo en cuenta su papel de libertador. ¿Y libertador de quien? Os estaréis preguntando. Pues ahí es donde quiero ir.. La profecía anunciaba que Ciro liberaría a los judíos esclavos en la ciudad y les permitiría regresar a a su tierra. El texto del profeta forma parte del Antiguo Testamento (Isaías 44:26-45:7). En ese vaticinio, según las escrituras sagradas, el Señor dijo a su profeta que el rey persa actuaría como su «pastor» a favor del pueblo judío.


Si la profecía estaba ya escrita antes del nacimiento de Ciro, ¿sus progenitores sabían cual era su destino? ¿Le pusieron ese nombre por ese motivo? ¿Fue casualidad? ¿O por contra, un mandato divino? Eso prefiero dejarlo en vuestras manos, qué cada cuál piense lo que crea oportuno. La verdad es que muchas veces las cosas que se han profetizado a lo largo de la historia son fruto de la manipulación, aunque lejos de querer entrar en polémicas, prefiero que cada cual se quede con la opción que más le guste.



Segunda parte de la profecía

Pero eso no es todo. Sino que la misma profecía recogía con detalle como sería la caída de Babilonia. Literalmente afirmaba que sus ríos se secarían, que las puertas de la ciudad se abrirían y que los soldados babilonios no opondrían resistencia alguna a la conquista persa. Quizás, conocedores de la profecía, los persas desviaron el cauce del río hacía unos pantanos y allí lo canalizaron. De esa forma el cauce descendió hasta el punto que el agua llegó hasta la mitad de los muslos a los invasores. Con el cauce seco, los persas sobrepasaron los muros altos de la ciudad, cogieron desprevenidos a los defensores, que estaban de celebración y abrieron la puertas de la ciudad. Casi no hubo mortandad en la toma, y Babilonia fue conquistada en una sola noche.


Aquí es donde surge otra cuestión. En el caso de que los babilonios conocieran la profecía, ¿por qué motivo no se prepararon adecuadamente cuando los invasores se presentaron antes sus puertas? ¿O por qué no evitaron que el río fuera desviado si sabían que esa era una parte del vaticinio? Quien sabe… Es posible que la profecía se guardara en secreto entre los judíos y que los babilonios no supieran nada de ella. Incluso que los propios persas con su rey al frente, tampoco fueran conocedores de ella.




Ciro II y la destrucción de BabiloniaDetalle de un parte de la puerta de Ishtar de la antigua Babilonia. Museo de Pérgamo, Berlín.

La cuestión fue que un judío llamado Daniel, que estuvo presente durante la caída de Babilonia, también vio esa misma caída, y profetizó a su vez la caída del imperio Aqueménida. El culpable de ello sería el primer rey de Grecia (¿tal vez fuese Alejandro Magno?). También profetizó que el reino de este, se dividiría en cuatro menos poderosos (¿conflicto entre los Diadocos?).


¿Casualidad? ¿Intercesión divina? Quién sabe lo que pasó realmente… Otra duda que deberéis resolver vosotros mismos.



Política de tolerancia con el pueblo judío

A finales del año 538 o principios del 537 a. C., Ciro II promulgó el decreto de liberación de los judíos de Babilonia, cosa que hacía que se cumpliera aquella parte de la profecía. Esa fecha puso fin a los setenta años de desolación que profetizó Judá sobre el pueblo elegido, y que se inició en el 607 a. C.


Pero, ¿por qué Ciro II fue tan benevolente con el pueblo judío? ¿Por qué les devolvió los utensilios sagrados que les había expropiado Nabucodonosor IIdurante la conquista de su reino? ¿Fue la política que siguió con todos los pueblos conquistados? ¿O fue sólo con los judíos?


A esas preguntas, por desgracia tampoco os puedo responder. Tal vez el rey persa era un hombre de honor o quizás pensó que tras haberse cumplido la parte de la profecía que auguraba la conquista de Babilonia, debía cumplir con la otra parte para no ofender al dios de los judíos.


Espero que os haya gustado esta entrega de ¿Sabías qué? y nos vemos la próxima semana. Un saludo a todos.



Sergio Alejo Gómez



Autor de Las Crónicas de Tito Valerio Nerva y de Herederos de Roma



La entrada Ciro II y la destrucción de Babilonia se publicó primero en Sergio Alejo Gomez.

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Published on July 05, 2019 09:30
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